jueves, 24 de diciembre de 2020

Feliz Navidad






Viajemos en el tiempo, hasta 1818, el maestro Franz Xaver Gruber no oculta su preocupación. El órgano de la Iglesia de San Nicolás, en la aldea austriaca de Oberndorf, se ha estropeado. La música para la Misa de Gallo se encuentra seriamente comprometida.
A pesar de su inquietud, no se desespera. Ve una guitarra e inicia una pequeña melodía. Es una música sencilla y le permite improvisar una canción armoniosa y dulce para dos veces y guitarra.
Había nacido Noche de paz, Stille Nacht. La letra está firmada por el coadjutor de la parroquia Joseph Mohr. La escribió después de visitar a una mujer muy pobre que acababa de dar a luz a su hijo. 
La belleza de la canción facilitó que se propagase por toda Austria. A su popularidad contribuyó que los Zillertaler, un grupo de músico que se basa en el repertorio tradicional austriaco, lo incluyese entre sus canciones. En 1831 la interpretó por primera vez en Leipzig, Alemania. Es la primera interpretación datada fuera de Austria. Desde entonces, se ha traducido a más de 300 idiomas y se considera el villancico más popular de la historia.

Y, por ese motivo, lo escojo para felicitarles hoy la Navidad. Feliz Navidad, les deseo un gran año. 

martes, 22 de diciembre de 2020

The Loudest Voice

 


Fuente: Daily Mail


No he encontrado muchos comentarios a la serie The Loudest Voice (La voz más alta) que, como mínimo, se ha podido ver por la plataforma de Movistar/Telefónica. Es una miniserie de siete capítulos, aunque casi resulta más apropiado entenderla como una película larga. 

En su equipo encontramos nombres como Russell Crowe o Sienna Miller, con una importante caracterización para reflejar a los personajes que representan. Y directores como Kari Skogland firma tres de los capítulos  y Jeremy Podeswa dos, apareciendo Stephen Frears en uno de ellos honor que también corresponde a Scott. Z. Burns.

La película narra el auge y caída de Roger Ailes a través de diferente sucesos en siete años diferente de su vida. ¿Quién es Roger Ailes? Es el fundador del canal Fox News, pero no sólo creó un canal de televisión, sino que dio forma a una manera de entender las noticias. No creo que los procesos culturales tengan un sólo padre, suelen aparecer varios promotores, pero, sin duda, uno de los impulsores del populismo televisivo es Ailes

Consciente del poder de la televisión, enfocó su trabajo hacia su ideología republicana y se convirtió en un verdadero azote de cualquier cosa que sonase a liberal o progresista. Pero también tenía un lado oscuro, más bien un agujero negro por su obsesión por el sexo que, sobre todo, alimentaba desde su posición de poder al frente de su cadena.

Todo ello aparece en la serie que presenta dilemas éticos, problemas morales que pueden aparecer en el ejercicio del periodismo, pero también una reflexión sobre la gestión de las organizaciones, el bien y el mal, la verdad y la mentira.

Me pareció una serie fascinante y, por ese motivo, os invito a verla. 


miércoles, 16 de diciembre de 2020

Tiempo de belenes

 Estamos en tiempo de belenes. La idea de recrear el nacimiento de Cristo se la debemos a San Francisco de Asís que, allá por 1223, representó el primer misterio. La iniciativa cuajó y debió gustar ya que 70 años más tarde tenemos los indicios de los primeros belenes en España.

Se trata de la Virgen de Revilla, que actualmente se conserva en el Museo del Cerrato después de haber sido robada en 1981. Hasta esa fecha se encontraba en su ermita en Baltanás, Palencia, donde existe una gran devoción hacia ella.

Fuente: Wikipedia

La Virgen de Revilla formaba parte de una pieza más alta. Muestra la Huida a Egipto y eso nos permite suponer que se trataba de una parte más en un belén monumental. Pero es la única pieza que se conserva. Por eso, tras el robo se custodia en el museo, salvo en días señalados que regresa a su ermita. En ella se encuentra en la actualidad una réplica. 

Más suerte tienen en Palma de Mallorca. Allí, el Hospital de Sangre, como se conoce popularmente al Hospital General de Mallorca, conserva el belén más antiguo de España. Se trata de una pieza del siglo XV, de la escuela hispano-flamenca. Lo integran 23 piezas de madera policromada además de ocho ángeles y una paloma del Espíritu Santo.

Fuente: https://travellingdijuca.com/2012/12/22/de-belenes-por-palma-2/

El acceso es gratuito y, además, este año es el primero en el que el misterio lucirá en su esplendor después de haber terminado una restauración, iniciada en 2014, y donde se invirtieron 100.000 euros. 


martes, 8 de diciembre de 2020

Diario de un confinamiento. Más navideños que nunca.

 

Photo by Gareth Harper on Unsplash




En mi barrio, algunos vecinos han tirado la casa por la ventana y se han puesto a iluminar no sólo las ventanas, sino toda la fachada del edificio. Leo en el periódico que el Ayuntamiento de Soto del Barco convoca un concurso para animar a los vecinos a iluminar sus viviendas con adornos navideños. Ciudades y comercios han iniciado antes que nunca la celebración de Navidad, la Navidad del confinamiento.
Serán unas Navidades extrañas, las más extrañas que hayamos vivido muchos de nosotros, pero menos que las de 1916 o las de 1943, cuando el horror de la guerra se apoderaba del mundo.
Pero son las nuestras, son nuestras navidades extrañas, las que recordaremos toda la vida como las primeras Navidades del confinamiento. Navidades sin cena de empresa, sin reunión familiar (salvo el encuentro por Zoom, pero convendrán conmigo que no es lo mismo); Navidades sin la copa con los amigos; sin la Cabalgata de Reyes... Navidades sin familiares y en familia. 
Navidades que vamos a disfrutar como nunca porque la Navidad es sinónimo de esperanza, de ilusión; celebrar la Navidad significa celebrar la humanidad, nuestra grandeza y nuestras miserias; es celebrar el Misterio de Dios encarnado y su mensaje de ilusión y sentido a toda la humanidad. Navidad es celebrar la vida, la alegría de vivir.
Por eso hay que celebrar siempre las Navidades. Y este año más que nunca.
Feliz Navidad a todos, de corazón.

lunes, 30 de noviembre de 2020

Diario de un confinamiento; El día de la bestia

 


Photo by Simon Wijers on Unsplash


La epidemia de la covid sigue asentada en nuestras vidas y las protestas de los hosteleros han protagonizado los diarios en los últimos días. Sin embargo, aún nos queda por superar el día de la bestia.

Si no estoy equivocado, el próximo 20 de diciembre será el momento de que todos los autónomos que se hayan acogido al aplazamiento de cuotas aprobado al inicio de la crisis deberán ponerse al día en sus obligaciones. Todos.

Es decir, que ese día, además de la cuota de diciembre, deberán tener liquidez para pagar una o dos cuotas. Ya sabemos que eso puede varias. En los niveles mínimos estaríamos hablando de un desembolso de algo más de 800 euros. Da vértigo. Porque lo que hemos vivido en los últimos meses invita a pensar que no son muchos los autónomos que hayan generado esa liquidez. Los gastos no se han detenido y, si lo han hecho, no en la suficiente medida. Es decir, pudo haber alguna renta perdonada, pero hay que comprar producto, pagar la luz... Si no se cambia, el 20 de diciembre puede ser la jornada en la que veamos cuantas empresas zombies han resistido hasta este momento y cuantas caerán... 

Pasear por cualquier ciudad permite ver el grado del roto de nuestra economía. Así que lo que puede suceder en unas semanas da para una película de miedo. Y de las buenas, de las de verdad.

A ver cómo salimos de esta.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Diario de un confinamiento; Plague Inc

 


Protesta de autónomos en Avilés.


Hace años jugué al Plague Inc. No sé cómo llegué a él. Lo descargué en mi tablet y le dediqué bastantes horas. El jugador escoge un tipo de patógeno: virus, bactería, hongo... Su misión es destruir el mundo. La clasificación final se organiza en función del tiempo invertido en la destrucción del mundo y el número de víctimas hasta lograr extinguir a la humanidad. Jugué bastante y, de hecho, la crisis del Sars de 2012-13 me sacó del juego. En los informativos veía exactamente las mismas cosas que se sucedían en mi ordenador. Así que lo dejé por sanidad mental.

En la dinámica del juego, había un momento crucial: el inicio de las protestas, los motines, los disturbios por el avance del patógeno. Después de ellos se hundía el país. Era una buena señal.

Ahora, en plena lucha contra el Sars-cov 2 vemos protestas de empresarios y ya se han producido algunos disturbios. La situación es complicada. Todos los estamos viviendo. Todos lo estamos sufriendo. Y además no existe una respuesta fácil. Él que quiera darla se equivoca.

Después de todo, no deja de ser un derecho ciudadano expresar su malestar ante lo que considera una mala gestión del gobierno de turno. Y, en esta crisis, existe un claro consenso social en que el gobierno de turno, al menos en España, no está siendo todo lo diligente que sería de esperar. Sí, pero ¿si esa protesta sólo sirve para sembrar más malestar, para no solucionar los problemas o, trágicamente, eclipsar situaciones más dramáticas?



miércoles, 4 de noviembre de 2020

La magia de la escritura

 

Photo by Aaron Burden on Unsplash




Si debo explicar los motivos por los que escribo tengo razones suficientes. Desde la más sencilla (me gusta) al conocimiento que aporta toda escritura.
Más complejo me resulta detallar los motivos que me llevan a publicar. O tratar de publicar. Mi obra publicada es mínima y tengo la sensación de que el mundo me lo agradece. Lo cual no deja de ser una sensación un poco desalentadora cuando te acuestas o te pones a escribir.
Y también me lleva a una pregunta que, periódicamente, me hago cuando me pongo a escribir en este blog. 
Pero es una pregunta formulada de manera errónea. No se trata de los motivos para escribir, sino los motivos para buscar lectores. 
Encontrar lectores es saberte que no estás solo, que lo has escrito interesa a alguna persona. Aunque sólo sea para criticarlo, para reírse de lo que uno hace.
También aporta un sentido a ese esfuerzo, a ese trabajo. Si una persona ve reflejada sus sentimientos, inquietudes o, sencillamente, se ríe con lo que has hecho, habrás aportado algo al mundo. 
Grande o pequeño. No importa. Tampoco se preocupa el jardinero por la belleza de la flor que planta, simplemente la deja en el jardín para que embellezca la ciudad o sea contemplada.
Así va cobrando forma la magia de la escritura.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Antidisturbios

 



Es la serie de moda. Y no me extraña. Los seis episodios de Antidisturbios que narran la historia de la unidad Puma 93 o Puma 96 (en todas partes leo lo primero, pero yo creo haber visto el 96) no se ven, se devoran. Termina el capítulo y te sorprende que hayan sido cuarenta minutos porque la impresión es que han sido sólo dos o tres. Rodrigo Sorogoyen, Borja Soler e Isabel Peña narran con pulso firme las aventuras y desventuras de estos policías. Corrupción y política van de la mano en una serie que debería interpretarse como una gran película. Los actores se encuentran en estado de gracia. Todos, sin excepción. 

Y luego está la polémica. No podía faltar. El gran acierto de la serie es no elogiar a los Antidisturbios ni tampoco criminalizarlos. Con la prudencia que no me da conocer a ningún integrante de la Unidad de Intervención Policial me atrevo a afirmar que la gran virtud de la película es presentarlos como personas normales, ciudadanos de carne y hueso, con sus problemas y sus dudas, con sus vicios y pasiones; que sufren en su trabajo como sufren todos los trabajadores y que sólo esperan en tener un reconocimiento social por una tarea tan ingrata como necesaria. 

El mío, al menos, lo tienen. 

domingo, 9 de agosto de 2020

Soniché, nuevo disco de Abdón Alcaraz

Es una suerte tener amigos como Alejandro Arias Torres. Sin él, no hubiese conocido al músico murciano Abdón Alcaraz. Rectifico, hubiese tardado en conocerlo porque con el talento que tiene llegará un momento en el que todo el mundo hablará de él y disfrutará de su música.

Para contrastar, os copio el video de la presentación de su Bolero Flamenco en el Festival de Jazz de San Javier. Algo más de hora y media de buena música. Si os gustan esos territorios, aprovechar la oportunidad.





Llegará a triunfar,  el momento en que los aficionados al jazz disfrutarán con él. Pero antes de que llegue ese día, ya podemos disfrutar de su música. Ahora mismo está lanzado en una campaña de mecenazgo para producir el que será su cuarto disco: Soniché. Aquí os dejo el enlace para el que se quiera sumar.


jueves, 6 de agosto de 2020

¿Qué es un negativo?


<span>Photo by <a href="https://unsplash.com/@dmjdenise?utm_source=unsplash&amp;utm_medium=referral&amp;utm_content=creditCopyText">Denise Jans</a> on <a href="https://unsplash.com/s/photos/film?utm_source=unsplash&amp;utm_medium=referral&amp;utm_content=creditCopyText">Unsplash</a></span>Photo by Denise Jans on Unsplash
Estábamos viendo una película cuando, a raíz de lo que comentaban los protagonistas sobre las fotografías, Costillina preguntó: ¿qué es un negativo? No era la primera vez que ella descubría objetos del mundo analógico. Recuerdo una vez, en un bar, vio una máquina de escribir que formaba parte de la decoración. "Es igual que un ordenador" nos dijo asombrada sobre su teclado.
Viene todo esto a cuenta de que en los próximos años aún pervivirán dos sociedades, como mínimo; los que tuvimos un conocimiento y vivencia del mundo analógico y los que no; los que compramos discos de vinilo y aquellos que sólo conocen el mundo sonoro por canales en Internet.
No es sólo un cambio tecnológico, la tecnología influye en la sociedad. Es algo tan evidente que lo tenemos asumido, no lo vemos, aunque está ahí.
Por eso resulta tan interesante el diálogo que puede establecerse entre ambas sociedades coexistentes y con evoluciones tecnológicas diferentes. 

jueves, 23 de julio de 2020

Las otras víctimas del covid-19



Photo by Lucrezia Carnelos on Unsplash


Ya he escrito sobre los daños colaterales de la epidemia del covid-19. Hoy quiero hacerlo sobre aquellas víctimas que no saldrán en las estadísticas. Y no por una maniobra oculta del gobierno o malas intenciones. No por eso. Será por la naturaleza de sus enfermedades, de sus dolencias.

Hablo de ese enfermo del corazón que morirá unos meses antes de lo que debía suceder porque no hizo el ejercicio debido durante el confinamiento; o las personas con demencias a las que el encierro en sus residencias, la falta de su paseo diario, la carencia del abrazo de sus familiares ha avanzado en su deterioro; me refiero a esa persona que espera por una prótesis y la demora en la operación incrementa el uso de fármacos e inicia una fatal espiral.
O quienes han sufrido ansiedad.
Hablo de todos ellos. No podemos olvidarlos.

martes, 19 de mayo de 2020

DUC (y LVII ) La ciudad y el dolor



Photo by 
Aarón Blanco Tejedor on Unsplash



Salir a la ciudad es sufrir. Ya me he acostumbrado a las colas, a llevar auriculares para que las esperas sean menos pesadas con la radio, a organizar las compras para aprovechar al máximo las mañanas, a ir con el bote de gel hidroalcohólico.
Pero el sufrimiento sigue ahí. El dolor de ver a los comercios sin actividad, a la puerta cerrada de los bares, a la angustia de ver pasar la ambulancia, a la ansiedad de la mascarilla y al agobio de contar a las personas sin protección.
Sí, la ciudad se ha vuelto en territorio de dolor y sufrimiento. Tal vez antes lo era y el único cambio es que ahora sea más evidente. 

jueves, 14 de mayo de 2020

DUC (y LVI) La enfermedad del insensato



Photo by Andre Hunter on Unsplash



Las etimologías de las enfermedades suelen ser descriptivas. Pocas veces se habla de una dolencia por el nombre del patógeno que lo genera. La tuberculosis se acerca a la tuberculina, pero no caigo en muchos ejemplos más. Es posible que esta sentencia si me lee algún médico, sea fácilmente cuestionada. Aunque la ventaja de tener pocos lectores es que resulta más difícil que eso suceda.
Pero ello no evita que lance mi propuesta. No hablar de epidemia de covid-19 sino de LEDI: La enfermedad del insensato. Otra posibilidad es SDI: Síndrome del Insensato, aunque, reconozco, es más complicado de pronunciar, aunque tal vez esa aire a agencia de investigación secreta le concede más seriedad. ¿ESDI? El síndrome del insensato, suena a escuela de negocios. 
Pero viendo lo que estoy viendo en estos días, LEDI es el nombre más adecuado. El cambio de fases busca facilitar la lucha contra el sars-cov2, pero no significa que exista cura para el covid-19, no la hay; ni vacuna, tampoco existe.
Es cierto que todos esperamos por ella. Pero nadie nos ha dicho que será fácil. ¿Hay cura para la gripe? No, la gripe no se cura (y perdón por mentarla) se supera o no. Pero los médicos saben como manejarla en los casos más complicados. Es una escenario probable para el tratamiento de LEDI, que no se sepa curar, pero si manejar. O que tengamos vacuna y nos vayamos inmunizando.
Pero con los datos que estamos viendo del estudio epidemiológico se ve que el virus apenas ha circulado por el país. De ahí el éxito del confinamiento en algunas regiones, como Asturias o Galicia, donde se evitó su difusión. Y se ganó un tiempo para organizar recursos.
Pero también el peligro de relajarse en la actualidad. Si en Madrid, con todo lo que han pasado, aún no se ha alcanzado la inmunidad de grupo, los demás estamos aún más lejos. Y vimos lo mal que lo pasaron.
Estamos en un momento en el que es imprescindible la responsabilidad personal que significa usar mascarillas, mantener distanciamiento social, reforzar la higiene de las manos.
Lo contrario es sentar las bases para regresar al confinamiento, en aplazar la recuperación de la normalidad.
Y, si les digo la verdad, yo añoro la vida de antes.

domingo, 10 de mayo de 2020

DUC (y LV) El desfase


Photo by Joel Muniz on Unsplash



Desde mi ventana veo la tormenta sobre el centro de Asturias, pero también grupos que vienen de pasear al perro o, simplemente, de caminar y que caminaban bien juntos. El distanciamiento social se mide en milímetros en una zona por la que, en los horarios permitidos, veo a deportistas disfrutando de la quema de energía. Es la situación en la que estamos. Iniciamos el desfase. No se trata de cambiar de fases, sino el desfase propiamente dicho. Una fiesta para el sars-cov 2.
Casualmente, hoy hablé con un amigo. Se pasó el último mes enfermo por covid-19. No llegó a ingresar en el hospital pero, aún así su relato fue escalofriante. Fiebre alta, dolores en todo el cuerpo, dificultades para respirar... No sé si aparece en las estadísticas (ni a él ni a su familia le hicieron el pcr) pero su consejo fue claro: "haz todo lo posible por no contagiarte".
Mañana cambiamos de fase. Pero sólo se trata de un sistema para vivir un poco mejor. La prevención sigue siendo vital. Y aunque el Estado pone los recursos, la decisión clave está en cada persona. Esos grupos de diez personas caminando juntos son una invitación a regresar al confinamiento, a volver a llenar las ucis y los hospitales. Con todo lo que no sabe de la enfermedad y con todo lo que no se sabe de la epidemia nos va mucho en mantener una distancia de un par de metros, el uso de mascarilla o normas de higiene sencillas.

sábado, 9 de mayo de 2020

DUC (y LIV) Europa, otra víctima del covid_19



Photo by Sara Kurfeß on Unsplash


Hoy se celebra el Día de Europa, la jornada en la que se recuerda el discurso de Robert Schuman que sentó las bases para lo que hoy en día conocemos como Unión Europea, uno de los proyectos políticos más apasionantes de nuestro tiempo, una bandera que debemos izar todos aquellos que queremos lo mejor para nuestro país, para nuestro mundo. Soy europeísta convencido. No sería posible imaginar el actual desarrollo de España sin nuestra participación en las instituciones europeas. Existen sombras y luces, pero éstas son más importantes que aquellas. 
Sin embargo, en los últimos años, la idea de la Unión Europea no ha estado muy bien vista. Sus enemigos salen, fundamentalmente, de dos bandos. Por una parte, los nacionalismos que no pueden soportar una idea que cuestiona el nacionalismo. El comunismo tampoco se encuentra cómodo en la Unión Europea por defender un espacio de libertad y de democracia.
En la actual crisis provocada por la epidemia de covid-19, la Unión Europea ha recibido bastantes críticas, muchas de ellas injustas.
No deja de ser irónico que se reclame a la Unión Europea una capacidad de coordinación de la que carecen sus estados miembros. Si vemos lo difícil que resulta el consenso en España entre la administración central y las autonómicas deberíamos entender que ese mismo consenso entre administraciones nacionales es complicado.
Pero lo que más me molesta es la crítica de que la Unión Europea no ha hecho nada en la actual situación. Quien dice eso en el mejor de los casos es un ignorante y, en el peor, miente. Puede ser que sus acciones no nos gusten, que no las compartamos, pero no podemos decir que no hace nada. 
Sin ánimo de ser exhaustivo, voy a dar algunos ejemplos:

  1. Compra centralizada de material de protección para su distribución. Otra cosa es que algún gobierno prefiera gestionar él estas operaciones. Y no entramos en más especulaciones.
  2. El 9 de abril se crea un Fondo Europeo de Rescate con 240.000 millones para los costes sanitarios por la crisis. No se exigen contrapisas, ni recortes. Hay que gestionar. Desde luego que hay que repartir entre los estados. Y sólo costes sanitarios. No se trata de imponer agendas políticas ocultas.
  3. El 16 de abril se dota el Mecanismo Europeo de Flexiblidad con 410.000 millones de euros para repartir entre los estados miembros. La idea es aportar el 2% del PIB nacional. Claro, las naciones menos endeudas lo apreciarán mucho más, pero ya se sabe que hay que hacer los deberes y llegar al examen preparados. 
  4. El Banco Europeo de Inversiones pone en marcha una línea de ayudas de 200.000 millones de euros para todo tipo de empresas. Claro, amigo, hay que entender el papel de las empresas en la economía y confiar en ellas..
  5. Se ha flexibilizado el Pacto de Estabilidad para permitir aumentar la deuda pública por el gasto sanitario y las ayudas a los trabajadores afectados. Fue una de las primeras medidas en aprobarse. El Pacto de Estabilidad es una obligación de la Unión Monetaria, donde los estados se comprometen a mantener un equilibrio entre ingresos y gastos y no aumentar la deuda. De ella nacen las que se han definido desde la izquierda como políticas de austeridad. Pues bien, sin problemas se ha entendido que durante este tiempo estos gastos son extraordinarios y no deben computar en la deuda.
  6. Se permite suspender el IVA y derechos de aduana a los productos sanitarios para facilitar su tramitación y reducir el coste. 
  7. Se han destinado 140 millones de euros a la investigación
  8. Se destinaron 75 millones de euros para la repatriación de ciudadanos europeos, fletando un centenar de vuelos.
Podría seguir poniendo medidas  sobre la mesa. Pero es evidente que la Unión Europea ha hecho, y mucho, por los europeos en esta crisis. Otro tema es la responsabilidad de los países y de sus gobiernos.
Pero ese tema nos llevaría a lugares ya transitados y lo fundamental de la entrada de hoy es recordar la importancia de la Unión Europea y decir ¡¡Feliz día de Europa!!

viernes, 8 de mayo de 2020

DUC (y LIII) Lo que no saben los expertos



Photo by 
Siora Photography on Unsplash



Entre el catálogo de imágenes que nos dejará la pandemia quedará, sin duda, el rostro de Fernando Simón. Ha sido el icono de los expertos, el reflejo de las personas que debían asesorar al gobierno durante estos momentos tan complejos. Es, también, la imagen de su fracaso. Para su desgracia. Sí, han leído bien lo que he escrito. Porque ven la biografía de Fernando Simón pre-covid 19 evidencia que se trata de un gran profesional. Y una persona comprometida con su tiempo como lo demuestra su voluntariado con Médicos sin Fronteras en Burundi.
Sería interesante descubrir en qué momento de su recorrido vital se quebraron dos principios básicos, uno de carácter más técnico y otro humano. 
El primero es el momento en el que dejó de confiar en otros expertos, en técnicos de comunicación, en periodistas. Lo que he visto de sus ruedas de prensa evidencia que no las llevaba muy bien preparados. Gestos desafortunados (como la costumbre de jugar con las uñas) y palabras que no eran las más acertadas. No me extrañaría que en ese comité de emergencias no hubiese nadie de comunicación. Ni que tampoco nadie se preocupase de dotarlo en estos momentos. Para nuestra desgracia, en nuestro país la comunicación política e institucional se limita a un juego de palmeros o habilidosos jugadores del silencio en la mayoría de los casos. Las excepciones existen para justificar la regla.
El segundo, y más grave porque hablamos de un virtud, se trata de su ausencia de humildad. No es que sea soberbio, es que carece de humildad y eso ha terminado minando su credibilidad. Le ha faltado humildad en explicar desde el principio que estábamos ante una nueva realidad de la que, por esa condición, desconocíamos muchos elementos. Incluso para divulgar un principio tan básico de la ciencia como que no existen verdades inmutables y que el conocimiento puede cambiar en función de los datos de la realidad. Puede resultar cansado esa pedagogía de lo obvio para gente tan sabia y tan lista como él (entienden la ironía, ¿no?), pero muchos asumirían los cambios en diferentes consejos como el baile de las mascarillas.
Y le ha faltado humildad para reconocer sus fallos y errores, para disculparse. Y tiene, desde luego, unas cuantas frases en la hemeroteca que justificarían esas disculpas. Pero el tiempo para esos gestos ya ha pasado.


jueves, 7 de mayo de 2020

DUC (y LII) Fecha de caducidad


Photo by Matthieu Huang on Unsplash



Como todo en esta vida, este diario tiene fecha de conclusión. Si se cumplen las previsiones del gobierno regional (y se van a cumplir porque ya se están encargando de matizar los datos de manera adecuada) el próximo lunes pasaremos a la fase I, que no es la primera, sino la segunda, incluso la tercera (partiendo del confinamiento como fase cero o inicial, pero no puede ser la fase I o primera que es la del lunes; aunque tampoco puede ser fase cero porque es la actual, así que vamos a un des-fase y entendemos el confinamiento como una contingencia, no como una fase) de las cuatro que ha anunciado el gobierno aunque luego tendremos por delante otras tres más. No hagan sumas, no intenten seguir un orden lógico porque es el nivel del gobierno (central) que tenemos. 
Pero como a partir del lunes seguiremos confinando, el diario puede ser diario o no ser diario. Como ven, todo se pega en la vida, menos la hermosura sentenciaba, y con razón, mi bisabuela. Serán días de un confinamiento, con la ventaja de que el acrónimo se mantiene: DUC.
Lo importante, lo realmente importante es que aunque podamos pasear, salir a la calle no debemos olvidar que el SARS Cov-2 sigue en nuestras ciudades, en nuestras carreteras, en las estanterías. Y nosotros seguimos sin vacuna ni tratamiento. Y que es una enfermedad grave, donde la prevención está en nuestras manos: en lavarlas con frecuencia, restringiendo la actividad social y utilizando mascarillas para no infectar y no ser infectados. Esta mañana leía en El Comercio que este miedo al contagio era uno de los síntomas de estar tanto tiempo confinado. No lo voy a discutir, pero, de igual manera, no tengo el más mínimo interés en pasarme quince días en la UCI por una imprudencia. 

miércoles, 6 de mayo de 2020

DUC (y LI) La policía de la verdad





El nuevo Ministerio de la Verdad que el gobierno intenta imponer cuenta con su propia policía encargada de fijar aquello que se debe decir y lo que se puede pensar. Es un cuerpo policial con diferentes unidades, con un número creciente de personas que aspiran a incorporarse a él para rendir pleitesía al régimen o ganar puntos para el futuro. Está la unidad de la corrección política, el equipo de reparto de carné de demócrata (o el que corresponda) y los especialistas en establecer dogmas y paradigmas.
Es muy difícil luchar contra la policía verdad. Utilizan verdades y medias verdades, se aprovechan de las lagunas de conocimiento por pequeñas que sean; retuercen los argumentos al máximo.
Sirva, como ejemplo, la defensa de los expertos. Vemos la crítica a quienes criticamos a Fernando Simón sin ser epidemiólogos, de igual manera que se cuestiona cuando hablamos de arquitectura sin ser arquitectos o cualquier otra actividad sin tener la cualificación requerida para ejercer. Ese argumento limitará a la critica a los colegas, al gremio.
De esta manera, la policía de la verdad se carga de un plumazo el derecho que tiene todo el mundo de pensar, de opinar libremente.
Es evidente que (seguimos con el ejemplo citado) Fernando Simón sabe de epidemiología más que un servidor y, por esa razón, sus reflexiones y criterios serán muchas más veces acertados que los de un servidor. Sin embargo, eso no impide que un momento dado un servidor tenga una idea acertada, incluso brillante por no llegar con apriorismos propios de un sector. El debate está en el centro de la actividad intelectual. Y por eso no se debe tener miedo a la confrontación de ideas. El cuento El traje nuevo del emperador es un buen ejemplo de lo que aporta la libertad de pensamiento. 
Aunque eso no le interese a la policía de la verdad que quiere que la gente  no piense y tenga ideas propias, sólo las tuyas.


martes, 5 de mayo de 2020

DUC ( y L) Adiós a los balcones



Photo by Lili Popper on Unsplash



Desde hace unos días, los aplausos suenan menos fuertes.Cuando empezaban, superaban la barrera de los auriculares con los que habitualmente escribo y me animan a ir a mi ventana. El domingo desapareció la manada de burbujas de jabón que subía por la calle Manolo Quirós y otorgaba a la escena una levedad machadiana. El martes no estaban los vecinos con sus banderas asturiana, sportinguista y gijonesa. En los bloques que observo veo cada vez menos gente. Nos despedimos de los balcones, de los aplausos.
Sin embargo, el Sars-Cov 2 sigue en nuestras calles, los niveles de epidemia aún no se han rebajado, el número de personas hospitalizadas y en la UVI sigue siendo insoportablemente alto... ¿Conduce la rendición del gobierno a la derrota de la sociedad? Pudiera ser. Pero no debemos rendirnos, hay que mantener la protección, el distanciamiento social, el uso de mascarillas, reducir al máximo los desplazamientos superfluos.
Es cierto que ahora se puede salir. Y se debe aprovechar esa medida para cuidar la salud mental y la física; para recibir un poco de sol en el cuerpo, para saber que la ciudad sigue ahí, esperándonos. Pero hay que tener que cuidado. Porque nada sería más triste que volver a ocupar los balcones para aplaudir a los heroicos sanitarios y profesionales que siguen ahí, en esta batalla dura, cruel, silenciosa y larga. No lo olviden. Aún no podemos cantar victoria. Sería un error.
 

lunes, 4 de mayo de 2020

DUC (y XLVIX) Elogio de la descentralización



Fuente: Wikipedia


De manera recurrente se escuchan voces críticas con la descentralización, con el estado de autonomías y el poder municipal. Yo siempre he sido un defensor de las autonomías y,
  en los actuales momentos más que nunca. Las autonomías y el poder municipal han evidenciado su ventaja como contrapeso de otros poderes. Cuando se estudia el sistema democrático estadounidense uno de sus elementos singulares es el sistema de contrapoderes, los equilibrios dentro de él para evitar el poder absoluto.
En estos días de confinamiento, las autonomías y los ayuntamientos han sido un contrapoder del poder central. No cuestiono el mando único fijado en el estado de alarma pero sin estas organizaciones territoriales toda la gestión de España hubiese estado en manos de Pedro Sánchez y de su gobierno. Sí, del mismo Pedro Sánchez del que tantas veces he escrito en este blog y no de manera amigable. En las diferentes partes de España, se han aplicado los criterios del gobierno central (¡¡faltaría más, por supuesto!!), pero al tiempo se ha advertido de riesgos y errores, se ha informado de la realidad y se han trasmitido los matices de una realidad tan compleja como la española. 
Han sido un dique y evidencian su utilidad.

domingo, 3 de mayo de 2020

DUC (y XLVIII) La mar, la mar





Hoy tocó paseo. La verdad es que es un riesgo porque con las normas y el cambio de normas, los esquemas de horarios, limitaciones especiales y tipologías resulta ahora más complicado salir a pasear que antes.
Pero venciendo todos esas incertidumbres, con mascarilla quirúrgica y gel hidroalcohólico salimos de paseo.
Conclusiones: se asume la necesidad de distanciamiento social; eso compensa la menor presencia de mascarillas; la mayoría aún asume que deberá permanecer un tiempo en su casa y que los paseos son refrescos necesarios para el cuerpo y el espíritu.
Emociones: la mar, sobre toda la mar. La posibilidad de volver a verla, aunque sólo sea de lejos, notar la brisa fresca del Cantábrico, pensar en su sonido... No sabía que me podía emocionar tanto la mar.

sábado, 2 de mayo de 2020

DUC (y XLVII) No me rindo





Pasó lo que debía pasar. El gobierno relajó el confinamiento, con el aval de su grupo de expertos, y la gente tomó las calles. Hasta cierto punto previsible y lógico. Pero también peligroso. Muy peligroso. Porque el enemigo no se ha ido, el Sars-Cov2 sigue por las calles, en las suelas de nuestros zapatos y en nuestras manos. Seguirá matando.
Por eso no podemos relajarnos. Yo, al menos, no me relajaré. Es cierto que, para llegar aquí, igual no era necesario este viaje, que el confinamiento ha sido, y es muy duro, pero es mucho lo que nos estamos jugando.
Es cierto que podemos criticar mucho al gobierno, pero si hay gobierno es porque existen gobernados y, nosotros, los ciudadanos, no podemos, ni debemos eludir nuestra responsabilidad individual. Desde luego, con lo que he visto hasta el momento no confío para nada en el gobierno central ni me fío de su expertos donde he visto mucho currículo brillante y poca experiencia en la vida real, mucho gabinetero (y todos sabemos como es la meritocracia en este país) y poca pelea real por las lentejas; mucho discurso teórico y escasa diversidad... Alguno dirá que soy demasiado duro con mis palabras. Pero me defiendo con un sólo argumento. El caso de las mascarillas. Hemos pasado de que no eran necesarias a que son imprescindibles y vuelven a ser necesarias, pero no para todas las personas; y luego sí (en este momento regulamos el mercado para desabastecerlo) y luego no... Ya estoy perdido. Es verdad que la verdad científica no es inmutable y que el conocimiento evoluciona, gracias a Dios. Pero con rigor y explicando las razones. Conceptos ambos que han desaparecido desde hace tiempo del discurso del gobierno hasta el punto de hacerle perder toda la credibilidad. Nota, antes de seguir: me refiero al gobierno central
Así que aprovecharé el margen para salir que pueda y beneficie mi salud mental. Pero seguiré encerrado, confinado hasta que tengamos cierta tranquilidad. 
Saldré con mi mascarilla, no llevaré guantes pero sí gel hidroalcohólico para desinfectarme cada vez que toque superficies posiblemente contaminadas y mantendré el distanciamiento social. Esto me duele especialmente porque tengo ganas de abrazar a muchas personas.
Pero no me rindo. Y espero que ustedes tampoco.
Gracias por leerme.

viernes, 1 de mayo de 2020

DUC ( y XLVI) Víctimas colaterales



Cementerio de San Salvador de Andina, 
La Callezuela, Illas




Ayer no hubo DUC. Pero, como estamos en estado de guerra me permitirán que use la expresión, por las víctimas colaterales. Ya saben, esa expresión acuñada por los yankies para definir a los inocentes muertos en acciones de guerra, por error o acción. Duele menos hablar de daños colaterales que de inocentes muertos. El caso es que ayer no escribí el diario porque la muerte de mi tía Ana, Ana Luisa del Busto, ocupó buena parte de mi jornada, entre gestiones y dolores.
Mi tía Ana no murió del coronavirus, no; pero es una víctima más de esta epidemia. Una víctima de la realidad de la asistencia sanitaria donde se entremezclan las carencias materiales, la dificultad de gestión y lo complejo que resulta la toma de decisiones en escenarios complejos.
Una demencia llevó a mi tía a una residencia para vivir sus últimos años con dignidad y rodeada de cariño. Así ha sido. Hace una semana, un bulto en la cara despertó las sospechas. Todo apuntaba a que era una infección, como así fue; pero su médico de familia no llegó a visitarla nunca. La asistencia fue telefónica, de manera constante, pero telefónica. Ir a la visita implicaba un protocolo especial, incluyendo el uso de un equipo de protección por parte del médico para evitar contagios. ¿Disponía de él? ¿Estaban limitados y prefería conservarlos para otro contexto?
La infección creció hasta el punto de ser necesaria la hospitalización. Así se hizo. Con todos los protocolos. Primero aislamiento para confirmar que no era covid-19 mientras se aplicaba el tratamiento y, finalmente, trasladada a planta al confirmar que no había rastro de Sars-Cov-2 en su sangre. En planta respondió bien al tratamiento. El antibiótico por vena y la hidratación obran milagros y, a los dos días, recibe el alta y es trasladada a su residencia. Una persona enferma y con dificultades para alimentación. No debió ser una elección fácil. Dejarla en el hospital era mantener una paciente de riesgo en un entorno hostil, donde era muy posible un contagio; el regreso a su vivienda implicaba la vuelta a un lugar seguro (llegó sin contagio), pero donde el tratamiento seguiría, pero con una intensidad menor... ¿Qué harían ustedes? ¿Dejar a los soldados en una posición donde pueden morir sin lograr ninguna ventaja estratégica o un repliegue ordenado para tratar de salvar al mayor número de vidas? Optó por lo segundo. Y salió mal. La bacteria entendió que la menor dosis de antibiótico era una oportunidad para seguir creciendo y la aprovechó. No murió de covid-19, pero sin esta epidemia estoy seguro que se hubiese recuperado de este bajón.
Y así, mi tía, como otros tantos, se ha convertido en una víctima colateral de la epidemia. No, no estará en las estadísticas. Pero sí en nuestros corazones. 

miércoles, 29 de abril de 2020

DUC ( y XLV) Bienvenidos al caos


Photo by André Noboa on Unsplash

¡¡Bienvenidos al caos!! Según conocía las fases previstas por el gobierno para el regreso a la normalidad pensaba en un chiste que le hacía mucha gracia a mi madre y que repetía con cierta frecuencia.
Es un gobernante malo que se dirige a su pueblo. ¿Qué queréis: el caos o yo? Hartos de su pésima gestión, el pueblo sentencia: el caos, el caos, el caos. La respuesta del líder es sencilla de comprender: "Nadie será más caótico que yo, así que seguiré al frente de la nación".
Vaticinaba a Pedro Sánchez, aunque no lo sabíamos. 
Después de haber demostrado un comportamiento adulto, por lo menos hasta el pasado domingo, el gobierno sigue tratando a la población como seres infantiles. No le culpo porque no es la primera vez. Y así nos va. 
Nos ofrece el caramelo que todos queremos conocer pero, hasta la fecha, desconozco los criterios con los que se avanzará en las fases. Hoy sólo leí La Voz de Avilés y no encontré detalles. En la rueda de prensa, Pedro Sánchez decía algo tan sensato como que no se puede poner fechas porque todo puede cambiar y, al contrario que en otras naciones, no se darían fechas. Sin embargo, todo lo que salen son fechas, plazos. 
¿El único criterio válido es el descenso de contagios? ¿Basta con que desciendan un día o se marca un plazo mayor? ¿No influyen otros criterios? 
En medio de la mayor crisis sanitaria seguimos donde estábamos, con un gobierno cada vez más sobrepasado, incapaz de informar con claridad a una población que ha demostrado que es adulta y que se ha rendido.
Sí, se ha rendido. Este plan de desescalada, bajada, relajamiento o desconfinamiento me suena a dar a la gente lo que todos queremos escuchar, aunque no sea lo que debamos hacer. Yo, y no soy sanitario, aconsejo a todo el mundo que extreme las medidas de prevención.
La broma no ha terminado.
Y, mientras tanto, ¡¡¡bienvenidos al caos!!! 


martes, 28 de abril de 2020

DUC (y XLIV) No importa su nombre



En los últimos días arrecían las polémicas sobre salir o no aplaudir en los balcones. De hecho, hoy, en mi barrio periférico y solitario, hubo menos aplausos que otras veces. Incluso servidor, que siempre aparecía a las ocho tocando las narices con el silbato plateado que el Colegio de Árbitros de Ciclismo había regalado a su padre, no se acercó. Sirve como coartada que estaba ensimismado con el trabajo y la música, con la música y el trabajo. 
Existen muchos argumentos para no aplaudir: que es su trabajo, que oculta el sufrimiento; pero también sentimientos tan legítimos como el cansancio, incluso el olvido.
Pero mañana, si me acuerdo, saldré a aplaudir. 
Porque pienso en muchas personas.
Pienso en ese celador que lleva 45 días lejos de su familia, porque en ella hay personas de riesgos; viviendo en una casa que no reúne las condiciones pero, sobre todo, sin poder abrazar a sus hijas, a su esposa.
Pienso en lo que me cuentan algunos amigos sobre la incertidumbre de sus negocios; en el miedo de ir a trabajar sin mascarillas de protección, que me explica un médico; en esa persona que tiene a su hija enferma desde hace cinco días y no cómo llegó el sars-cov 2 a sus vidas, aunque ella lo ha tratado a diario.
Podría contar más historias, todas tan ciertas como estas, pero estas son suficientes para volver a salir a aplaudir mañana a los héroes, a nuestros héroes y a nosotros. 

lunes, 27 de abril de 2020

DUC ( y XLIII) El virus y la sociedad




A través del trabajo diario de miles de médicos vamos conociendo los síntomas del covid-19, sus efectos en el cuerpo, la gravedad de la enfermedad en cada persona.
Pero, ¿y en nuestro conjunto, en la sociedad? ¿Cómo nos va a cambiar? Reconozco que al principio yo me encontraba en el bando de los optimistas. La crisis iba a generar una catarsis social, todos saldríamos reforzados, más solidarios, comprometidos, humanos, valorando la vida...
¡¡¡Y una mierda!!! De eso me di cuenta y lo llegué a escribir por este diario. Nada va a cambiar.
Pero es innegable el impacto que está teniendo esta epidemia en la sociedad. Tanto tiempo aislados, tanto tiempo sin dar abrazos, limitados a viviendas más o menos especiosas, con terraza o sin ellas... Todo eso va sumando y algún cambio deberá producirse. ¿Regreso a los pueblos y comunidades más pequeñas? ¿Una nueva forma de socializarse? ¿Un cambio en la demanda de las viviendas? ¿Nuevas formas de comprar, una reorganización en los botiquines domésticos? La sociedad va a cambiar. No sé en qué dirección, no sé si será a todos o no

domingo, 26 de abril de 2020

DUC (y XLII) Y Costillina volvió a ser ciudadana




Pues sí, después de algo más de cuarenta días, Costillina volvió a ser ciudadana. Hoy salió a pasear con Costilla. Yo quedé en el nido ya que considero que debemos respetar las normas al gobierno y, que la crítica nazca desde el comportamiento responsable y cívico. No era la primera vez que salía a la calle. Me acompañó dos veces a comprar pan y una tercera a tirar la basura. Como hacía una noche agradable en vez de regresar directamente al portal, dimos la vuelta a la manzana viendo el cielo y sobrecogido por el silencio de la ciudad. De eso ya ha escrito.
La salida de los niños fue el desmadre que muchos esperábamos. En algunas zonas hubo comportamientos cívicos y en muchas no. No me extraña, como no me extrañaría que hubiese un repunte en las próximas semanas. Nos lo merecemos como nación por la falta de compromiso con la salud de todos. Esto no es una broma y, además de todo el dolor que nos vendrá, espero que surja algo hermoso de todo esto.
De ahí la canción que he puesto en la cabecera. Hoy, para variar, no hay foto.
La canción es una elegía. Bob Dylan la compuso para la banda sonora de Pat Garret y Billly The Kid. No me extrañaría que fuese el filato para intentar ser actor. Suena al final y es la despedida, el himno de dos personas que saben que van a morir. La canción trascendió a la película, que no es de lo mejor del maestro Peckinpah. El resto es historia.

sábado, 25 de abril de 2020

DUC ( y XLI) Es peor el gobierno que el virus



Photo by Mohammad Fahim on Unsplash


Soy de los que piensa que lo peor de esta epidemia es el gobierno, no el sars-Cov-2. Si asumes el discurso verdad de que ellos fueron los primeros en reaccionar, en tomar las medidas necesarias, sus malos resultados evidencian lo mal que lo han hecho. Y si vas al lado contrario, pues eso, piensas que lo han hecho mal desde el principio.
Pero si pienso que el gobierno es peor que el virus no es porque sea malo, es por la sensación que me transmiten de estar desbordados, de no controlar nada, de dejarse llevar. Pienso que está crisis se va a superar por nosotros, por nuestra capacidad de resistencia; por el esfuerzo del personal sanitario y de todo el conjunto de la sociedad. No por la gestión del gobierno.
Llevo días pensándolo pero con lo que sucederá mañana me reafirmó más en mi idea. Mañana mi hija recuperará sus derechos civiles. Pero no pienso darle las gracias a que ese gesto lo haya dictado quien se los quitó. La manera en la que podrán salir los menores a la calle se podrían haber aplicado desde el día 14, 15 o 16 de marzo y no creo que hubiese pasado nada. Admito cuestionamientos de cualquier experto, incluso de Fernando Simón. Pero sí reclamo que me explican cómo van a controlar a los menores después de haber visto el desmadre de los paseos a los perros, la insolidaridad de tanta gente.
Preocupado por el desconfinamiento, he leído diferentes artículos. Entre ellos al profesor Ignacio López Goñí, catedrático de Microbiología en la Universidad de Navarra. En un artículo sobre el confinamiento aporta una propuesta a partir de las reflexiones de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene y el American Entrerprise Institute. En el plantea tres criterios para iniciar la desescalada. Los tres deben cumplirse al mismo tiempo y son a) reducirse durante catorce días consecutivos el número de casos nuevos; b) que el sistema sanitario se recupere del colapso y pueda dar asistencia continuada y c) disponibilidad de sistemas de diagnóstico rápido para detectar casos en un momento inicial y poder aislarlos. 
Según ese planteamiento, en ese momento se podría empezar la desescalada. Como no los veo por ninguna parte, me imagino en el peor escenario en un margen de quince días. Porque, esa es otra, desconocemos los criterios que guían al gobierno. Más bien los cambios de idea, las ocurrencias o su incapacidad para recopilar los datos ejerciendo el mando único en asistencia sanitaria desde la declaración del estado de alarma.
Como ven, es más sensato temer al gobierno que al virus.

viernes, 24 de abril de 2020

DUC (y XL) La ciudad vacía



Photo by Lucian Alexe on Unsplash




Hoy se juntó la necesidad de salir de compra con el teletrabajo, así que hasta última hora no he tenido tiempo para acercarme al diario. Unas pocas líneas, que no son horas y a uno ya le cansa tantas horas delante de la pantalla.
La compra de hoy me llevó a un lugar diferente a mi supermercado habitual. Cosas de la intendencia. Me dio la oportunidad de conducir por la ciudad, por callejear de una manera que, desde el 14 de marzo, apenas he hecho. El caso es que se reprodujo la misma sensación de desolación al ver la ciudad vacía. Hay gente por las calles, es verdad, menos de la habitual y más de la necesaria. Pero tantos comercios cerrados, bares apagados, personas con mascarillas... Falta luz, falta ruido, falta vida... Es desolador. No sé cómo será el desconfinamiento, pero creo que durante unos días nos alegraremos (al menos yo) de volver a ver el despacho de lotería abierto, la tienda de ropa operativa, la cafetería atendiendo a los clientes...

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