Los rumores sobre la próxima crisis en el gobierno central son tan fuertes que tan sólo queda por conocer en qué fecha serán ya, por fin, noticia. Lo que se va sabiendo habla de una profunda remodelación del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Busca un Ejecutivo más político, capaz de afrontar la crisis, ilusionar a la ciudadanía, o, como mínimo, a los fieles, y no estorbar en la operación de sucesión que ya comienza a pensarse.
Alimentando el fuego de las conspiraciones y murmuraciones se encuentra una posibilidad que afectaría directamente a Asturias: el nombramiento de Vicente Álvarez Areces como ministro. Incluso ya se barajan dos carteras: Educación y Asuntos Sociales o Fomento. Quienes comentan esto aseguran que sería su salida natural, la culminación de su carrera política al tiempo que facilitaría un relevo natural en Asturias.
No es un secreto que, en el último año, se nota a Areces cansado, falto de fuelle. El motorín no tira tanto como al principio. Un cambio de estas dimensiones le ilusionaría y recuperaría su tono vital.
En contra, se encuentra la operación relevo de Manuel Chaves, que también podría ser ministrable dentro de la operación relevo que ya se organiza en Andalucía. Pero organizar una crisis en el gobierno central para llenar el remodelado Consejo de Ministros de ex-presidentes autonómicos parace una maniobra muy torpe. La etiqueta de cementerio de elefantes resultaría muy fácil de colgar, además de las incertidumbres en las regiones de origen.
Para terminar todo este juego, se encuentran las dificultades de analistas y corredores de apuestas para designar un delfín, más en Andalucía que en Asturias. Aquí, Javier Fernández sería el candidato natural. Un tipo inteligente, enérgico, trabajador y austero, pero que siempre ha rechazado la carga que supone la presidencia del Principado. ¿Qué nos queda? ¿Ana Rosa Migoya? ¿Francisco González Buendía? ¿Buscar en la Junta General del Principado y repetir la operación Trevín?
El tiempo desvelará todos los misterios.