jueves, 19 de marzo de 2020

DUC (y V). Tampoco es para tanto.

Photo by Jon Tyson on Unsplash



Es mi primer día de confinamiento. No, no estoy chiflado ni terminé de chiflar. Y, de seguir un orden, esta sería la entrada correspondiente al día 18 de marzo de 2020. Lo que para muchos sería el cuarto día de reclusión: domingo, lunes, martes y miércoles. Tampoco he estado vulnerando el orden establecido ni el decreto de alarma. 
Pero me explico.
El domingo salí a por el pan; el lunes me correspondió hacer la compra; el martes regresé a por el pan... Y el miércoles, el miércoles nada. Todo el día en casa. ¿Resultó duro? No, soy un tipo casero, disfruto en mi castillo y, además, tampoco es para tanto. 
Hagamos un sencillo cálculo.
Una hora son sesenta minutos y un día son 1.440 minutos, uno detrás de otro. O sea, que, salvo error, por delante tengo, tenemos, que llenar 21.600 euros. 
Pero tampoco es para tanto.
Vamos a ver. Hay que dormir. Ocho horas aconsejan, algunos incluso podemos dormir más. Pero que me quedo en las ocho horas.. Así que hablamos de 7.200 minutos ocupados.
Quedan pendientes 14.400 minutos. Pero habrá que dedicar un tiempo a la higiene personal: ducharse, lavarse los dientes, afeitarse, cagar (y la gente caga mucho, ya saben lo que digo). Aquí he hecho una propuesta conversadora y planteo unos 900 minutos. ya baja a 13.500 minutos.
Pero no estamos de vacaciones. Hay que trabajar. Vamos a pensar que en estos quince días hay que trabajar diez días. Estaríamos en 4.800 minutos, con una jornada de ocho horas y pensando que no hay desplazamientos por eso del teletrabajo. A ver el excel: 8.700 minutos. ¡¡¡Y aún no tuve un segundo para mí!!
La compra. Hay que comprar. Estimar el tiempo aquí es más complicado. No se debe ir todos los días, pero habrá más colas... Con mi experiencia hasta el momento reservo 450 minutos para las intendencia. Y luego están las tareas domésticas. Algo habrá que hacer, aunque sea limpiar y volver a limpiar sobre lo limpiado. Y hacer algo de ejercicio... Resto, resto, resto y ya estoy en 7.170 minutos. O sea que me quedan cinco días para leer, escribir, ver películas y escuchar música.
¡¡Se me va a hacer corto el confinamiento!!

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