miércoles, 3 de octubre de 2012

Carmen Maniega hace historia


Así, sin de quererlo, de forma sencilla y discreta Carmen Rodríguez Maniega ha hecho historia en el supermartes del Partido Popular en Asturias. Seguramente se deberá rastrear en la hemeroteca pero no recuerdo el caso de un diputado que pida expresamente que no se invierta en su circunscripción. Incluso va más allá, en su ciudad natal. Sí, lo han leído bien. A falta de un mayor estudio Carmen R. Maniega se convierte en el primer diputado que reclama que no se destine dinero del Estado a su región. Con varios presidentes autonómicos levantiscos por los Presupuestos Generales del Estado por las escasas inversiones en sus territorios, seguro que Mariano Rajoy desearía tener a más gente como Maniega entre sus filas.
En el caso de la diputada avilesina, el motivo de la discordia no es otro que el Centro Niemeyer, donde pide al Ministerio de Cultura que no invierta ni en un euro en la programación cultural de su ciudad mientras su alcaldesa siga como vicepresidenta de la Fundación del Centro. Visión de estado, que se llama.
Y todo esto después de que los presupuestos de 2012 no se hubiera invertido ni un euro, cantidad próxima a la que todo el mundo esperaba para este ejercicio. Es decir, que pide lo que ya le iban a dar. Pero lo importante es hacer historia.


Photo: http://www.elcomercio.es/gijon/20090421/aviles/carmen-rodriguez-maniega-asume-20090421.html

Tierra Astur, la cocina


Hace unos días prometía dedicar un comentario específico a Tierra Astur, al menos en lo que se refiere a su local de Avilés. Según se entra, el olor a la parrilla hace temer lo peor. Es decir, que durante los dos próximos días olerás a churrascada hasta en el sobaco. Aunque, el olor que te llega, te promete compensarlo. La oferta gastronómica es sencilla: producto de calidad excelente, con presentaciones que refuerzan el sabor, raciones contundentes y sin complicarse la vida con experimentos. Comida y comida, una receta sencilla, aunque no siempre se explota. Uno, por lo menos, cuando se fue renunció al postre. Casi mejor un Yümy después de tanto exceso.
Y, lo mejor, es que de camino hacia él no había ni pizca de olor a la brasa. Lo que se llama apostar por la calidad e invertir en una buena extracción.
También conozco la sidrería de Oviedo y, de igual manera, sólo tengo palabras de elogio.

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