lunes, 29 de enero de 2007

The Departed


Entre unas cosas y otras, llevaba bastante tiempo sin pisar una sala de cine. Demasiado para mi gusto. Así que el sábado pasado nos escapamos hasta el Marta para ver Infiltrados, la última película de Martin Scorsese. Ya sé que lleva bastante tiempo en cartelera y que todo el mundo sabe que es una adaptación de una película de Hong-Kong. Pero no todos los días se puede escribir de una obra maestra y, por eso lo hago. Además, tuve la suerte de encontrar una imagen del cartel original, que me gusta más que el español.
Si alguno no la ha visto, se la recomiendo. Es de esas películas donde, si te quedas en la superficie, ves un policíaco de polis y malos, pero sí quieres profundizar encuentras una reflexión sobre la bondad y la maldad, sobre las motivaciones que nos llevan a cruzar la línea de lo que está bien y está mal y que, bajo influencias tan grandes como el poder, se diluyen. Pero también sentimientos más nobles, como la amistad o la lealtad.
Desde el plano secuencia inicial al plano final, Scorsese da una lección de cine. El guión desarrolla la película como una partida de ajedrez, generando tensión mientras van cayendo las piezas del juego. Atención a la fotografía, el montaje con escenas como el tiroteo final donde una secuencia que hemos visto tantas veces la vemos de manera original. No hay que olvidar la fantástica banda sonora y el trabajo de los actores.
Aún la estoy disfrutando y voy a disfrutar de ella mientras la recuerde.

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