lunes, 4 de octubre de 2010

San Pancracio de septiembre 2010

La jornada de ciberdescanso que me apliqué ayer impidió que abriese la convocatoria de los premios San Pancracio para septiembre.
Como sabéis, se trata de una de las tres convocatoria monográficas de cada año. Se trata de reconocer un lugar especial en el mundo, un lugar San Pancracio. Es una forma de reconocer aquellos territorios donde se vive de una forma especial, donde nos gustaría vivir o donde guardamos recuerdos especiales.
El año pasado, el premio recayó en Valliniello, Avilés.
Ahora nos toca elegir el lugar San Pancracio 2010. Al ser un premio para todas las personas y objetos de un espacio, no se envía ningún correo con el premio. Tan sólo se proclama al ganador y se apuntará el nombre en la columna que aparece en la margen derecha, donde se puede leer: lugares San Pancracio.
Y, cuando empiecen las votaciones, mantendremos la opción de declararlo desierto.
Espero vuestras aportaciones.
Gracias a todos por participar.

La noche

Suelo en Miranda, Avilés.
Agosto de 2010

No sé lo que me fascina de la noche. Si la posibilidad de sentir la inmensidad del cielo plagado de estrellas o recordar los versos de Neruda, pensando en poder escribir los versos más tristes; si la posibilidad de escuchar los latidos de la ciudad o el refugio en el escritorio y escribir sin que nadie te moleste; si ese carnaval que se monta en los bares y tugurios atestados de gente o la opción de caminar sin mascaras. O de imaginar historias detrás de las ventanas iluminadas.
O tal vez sea la luna. O un reflejo en el suelo, de todas las estrellas.
La noche, cuando la luz del día es más resplandeciente.
Tal vez sea eso lo que me atraiga tanto de la noche.

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