Paseábamos por el barrio cuando leímos el cartel anunciador de una fiesta medieval. Hace tiempo que no vamos de fiesta, así que, por lo menos, nos podía interesar. Vamos a fijarnos en los detalles:
Menú contundente y, sobre todo, ¡¡ausencia de cubiertos!! A comer como unos auténticos cerdos y cerdas, con las manos, babeando y sobando a la tabernera.
¿Pero qué habrán hecho en la Edad Media para tener esa imagen de ellos?