miércoles, 5 de octubre de 2011

El valor del Centro Niemeyer

El Centro Niemeyer en construcción,
febrero de 2010


La reacción unánime de los avilesinos en defensa del Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer demuestra lo que muchos hemos venido diciendo desde hace tiempo, que el primer valor del complejo cultural ha sido ilusionar a la población, a todos los avilesinos; ha permitido que los habitantes de la comarca revivan su idilio con el territorio en el que han nacido y donde viven.
Es una premisa imprescindible para entender el error del gobierno de Francisco Álvarez-Cascos que, fiel a su estilo, entra como un elefante en una cacharrería y confunde conceptos en un peligroso ejercicio de manipulación. Porque nadie duda de que es exigible el rigor, el control y la transparencia en la gestión de los fondos públicos, pero esos conceptos no son incompatibles con la prudencia y asegurar la propia existencia de lo que ya funciona. Porque dudar en público del trabajo de funcionarios que han avalado la correcta gestión de una subvención es casi tan grave como un consejero de Cultura que cuestiona abiertamente todo lo que desconoce o ignora. O ambas cosas.
Con lo que viene sucediendo desde septiembre, el Centro Niemeyer parece herido de muerte, que no muerto. Si sobrevive a este trance será por el esfuerzo de todos los avilesinos.

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