martes, 20 de febrero de 2007

Malos amigos

Me lo encontré por Avilés con una cámara de fotos y disparando a todo lo que se movía. Lo conozco desde hace tiempo, así que huí de él como de la peste. Lo clasifico como un rebotado de Izquierda Unida, con tendencia a la pesadez y profundamente intransigente. Por suerte o por desgracia, su idea del mundo es muy clara y protesta airadamente y con violencia contra todo aquello no respeta sus esquemas.
-Fernando, tengo una noticia bomba contra el Hospital San Agustín.
-Cuenta.
-Fui a hacerme un tacto anal, por la próstata, ya sabes, y ¡¡me lo quería hacer una chica!!
-¿No era médica?
-Sí, era médica, pero era una chica y quería que me quitase los pantalones.
-Normal, no creo que se hagan muchos tactos anales con la ropa puesta.
-Ya, pero era una mujer.
-¿Así que prefería que un hombre le metiese el dedo por el culo? ¿Por qué no sale del armario de una vez?
-Estás vendido al poder. Eres una imbécil.
Y, desde entonces, aunque no recuerdo su nombre, trato de huir de él. En esta ocasión no tuve suerte y me acorraló.
-Me ha dicho un amigo común que escribes poesía.
-No creo que tengamos amigos comunes.
-¿No tienes nada publicado?
-De momento no, sólo los artículos en el periódico.
-Ni nada gratis, en Internet, para poder leerlo.
-No.
Logré escabullirme y, mientras me reponía comiendo unos churros con chocolate en el Kopbe, me preguntaba qué amigo podía ir difamándome de esa manera por ahí. No por el decir que escribo poesía (no me arrepiento del poemario publicado en Jaén), sino de que no trate de vender mis libros. Ala, todo gratis. ¿Y quién me paga los churros?

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