martes, 21 de febrero de 2012

La reforma laboral, una lectura

Il Quarto Stato, 1901,  Giuseppe Pellizza da Volpedo (1868-1907)


La reforma laboral planteada por el actual gobierno del Partido Popular en cumplimiento de lo que había anunciado en la campaña electoral supone uno de los intentos más claros para modernizar unas relaciones laborales basadas en los criterios y espíritu del franquismo.
Desde la recuperación de la democracia, los sucesivos gobiernos, de todos los colores, han ido desmantelando la normativa franquista que, por una parte, alimentaba la casta del llamado sindicalismo amarillimo y, por otra, sobreprotegía a los trabajadores. Nunca en España los trabajadores gozaron de tanta protección como durante el franquismo. El pacto social era sencillo: pan por paz, seguridad por libertad. Las empresas poco menos que expropiadas, gracias a esa visión crítica de la Falange hacia todo lo que oliese a libertad, a los frutos propios de la burguesía con la que pretendía acabar.
La reforma laboral devuelve el poder de las empresas a sus dueños, a los empresarios; algo propio de una sociedad donde la dinámica de la lucha de clases se ha diluido en una entramado mucho más complejo. Se abarata el despido en situaciones de crisis económica de la empresa, hasta cierto punto algo lógico en las compañías abocadas a una crisis. 
Se establecen las bases para un nuevo diálogo entre empresarios y trabajadores. No será sencillo, pero la vida actual no resulta fácil para nadie. Las razones para los despidos se objetivizan, se deberán justificar. Un amigo me decía ante esa posibilidad que se pueden hacer milagros con la contabilidad, lo cual es cierta, aunque muchos de esos magos suelen terminar ante los tribunales de justicia.
Para los que somos trabajadores el nuevo escenario nos presenta incertidumbre, es verdad; pero también también la posibilidad de hacer valer nuestro trabajo, nuestra aportación a la empresa como algo fundamental en el proceso productivo.
El empresario gana poder y con ello responsabilidad. No conozco ningún empresario autoritario, salvo en los relatos del siglo XIX. La razón como argumento para la supervivencia de la empresa que debe asegurar sus objetivos.
Un nuevo escenario que debe hacernos competitivos en la economía global en la que estamos. Un escenario de riesgos, pero también de oportunidades que debemos aprovechar entre todos.


Photo:  http://en.wikipedia.org/wiki/File:Quarto_Stato.jpg


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