martes, 5 de octubre de 2010

Belén Esteban

Cada vez que veo a Belén Esteban en la televisión se me encoje el corazón. Me da pena ver todo el número que se monta sobre esa persona que, gracias a un medio de comunicación, se ha transformado en un personaje. La princesa del pueblo se ha convertido en un síntoma de uno de los males de la comunicación actual: la pérdida de respeto hacia la persona.
Todos sabemos que sigue saliendo porque es rentable. Pero llegará un momento en que caerá en desgracia, dejará de ser rentable y sabe Dios como terminará. Tirada en una esquina, en un sentido más o menos literal. Tendrá otra sustituta o sustituto, otra persona que se convertirá en personaje. Hasta que se agote. Hace tiempo que dejó de ser una persona. Es un objeto que se explotará mientras siga siendo rentable.
Es lo que sucede cuando la comunicación se convierte en un espectáculo, en una borrachera de impactos donde lo importante son las sensaciones, la euforia; no la información o el conocimiento.

Calleja Real

En la calle de Alfonso VII, la popular Calleja de Los Cuernos, se encuentra abierto desde hace varios meses el restaurante CallejaReal. Por semana, ofrece un menú del día, opción que desaparece los fines de semana cuando sólo se puede comer a la carta. Así que, quienes quieran conocerlo por primera vez, que se acerquen de lunes a viernes.
Hasta el momento he ido tres veces, y las tres salimos satisfechos de la comida. Dominan las preparaciones tradicionales, una carta ajustada, y respetan el producto. La cocina es más bien tradicional, en el buen sentido de la palabra. El Pote de berzas o el Arroz con leche son los de toda la vida, igual que la Longaniza de Avilés. La carta ofrece suficientes opciones para elegir.
El  espacio también es muy agradable. Amplio, luminoso y asientos cómodos.

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