martes, 20 de enero de 2009

Obama, decepcióname

Si algún lector sigue con frecuencia el Archipiélago, ya sabe que Barack Obama no me gusta nada, nada de nada. Reconozco que sus discursos son brillantes, excepcionales; también bastante huecos. Usó las nuevas tecnologías, pero no tuvo el mérito de ser pionero, lo que le corresponde a Howard Dean. En cambio, Obama es conocido por cambiar de opinión con bastante frecuencia. Calló de forma extraña en el reciente conflicto entre Israel y Palestina, varios de sus fichajes estrella han caído por corruptelas... Sigo sin fiarme. Me gusta más Joe Biden, aunque sea abortista es más sincero, su vicepresidente, el que aseguró que los demócratas tampoco olvidarían la afrenta de José Luis Rodríguez Zapatero a la bandera de Estados Unidos.
Barack Obama será, dentro de unos minutos, el nuevo presidente de Estados Unidos, del Imperio del que formamos parte. En sus manos estará el futuro de nuestra economía, nuestro futuro. Aunque nada espero de él, sólo tengo un ruego: Obama, decepcióname. Dame el gusto de poder escribir en unos meses, en unos años, que estaba equivocado, que eres el gran presidente que Estados Unidos, y el mundo, necesitan y buscan.

María Manzaneque, un ejemplo

Recuerden este nombre: María Manzaneque. Es una ovetense, de 41 años, madre de cuatro hijos y con toda la vida resuelta. En el momento de escribir estas líneas, se encuentra ingresada muy grave en la UCI del Hospital Universitario Central de Oviedo.
El pasado sábado venía de disfrutar de un día en la nieve en Pajares. Encontró un accidente de tráfico. No siguió su camino, como muchos habríamos hecho. Detuvo su coche y se bajó para auxiliar a los heridos. Un tercer vehículo la arrolló y le provocó graves heridas que la han llevado a las puertas de la muerte.
No cabe duda que esa mujer es un ejemplo, una heroína de nuestro tiempo, capaz de ver más allá de su egoísmo, de entregarse a los demás. Su gesto es un ejemplo para todos.
Pido modestamente a todos los creyentes que se acerquen a estas islas una triple oración: primera para dar gracias a Dios porque nos permite tener personas como María Manzaneque; segunda para pedirle que consuele y ayuda a su familia y, tercera, por su curación, para que esa sea la voluntad del Señor.

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