jueves, 28 de enero de 2021

La trampa de las redes sociales

 


Photo by John Cameron on Unsplash


El veto de diferentes redes sociales a Donald Trump ha desvelado la trampa que tienden a la sociedad. No sé si de manera consciente o no. No es algo nuevo y, con cierta frecuencia, vemos a diferentes usuarios que comentan el veto a algunos contenidos por violencia o pornográficos, aunque, en algunas ocasiones, se trata de obras artísticas. 

Sin embargo, el veto implica una actitud activa, un cambio en su modelo. Se transforman en un medio de comunicación, no en un espacio para que sus usuarios comparten sus experiencias, fantasías, ideales o críticas del gobierno. En las democracias, los ciudadanos contamos con diferentes medios de comunicación que seleccionan, tratan y divulgan sus noticias. Cada uno escogerá los medios en función de sus preferencias, incluso en la cultura europea asumimos la necesidad de medios públicos para equilibrar ese debate. Los medios no son redes sociales y, como empresas periodísticas, son responsables sobre sus contenidos y de esas responsabilidades nacen ciertos derechos y obligaciones. Un periódico que publica una mentira debe rectificar e, incluso, indemnizar a personas o instituciones dañadas por publicaciones injuriosas.

Sin embargo, una red social, entendida como un espacio para compartir, no tiene ninguna responsabilidad. ¿Es responsable una compañía de telefonía de transmitir la señal que ordena un atentado? No, no lo es. Ni de lo que dice el asesino. Él responsable es él, la persona que ordena ese delito y el que lo comete.

Por eso, las normas de juego y las responsabilidades de medios de comunicación y las redes sociales son diferentes, deben ser diferentes.

Si una red social prohíbe a una persona usarla y divulgar determinados contenidos se transforma. Ya no es un espacio neutro. Por esa razón debería asumir responsabilidad sobre todos sus contenidos. No sólo con censura preventiva, como en el caso de Trump, o suspendiendo cuentas ante denuncias con procedimientos sumarios. 

Incluso, como sucede con los medios de comunicación, debería plantearse abonar la creación de contenidos que, hasta ahora,  recibe gratuitamente.

Pero en ningún caso debería quedarse en ambos lados. Es un peligro para la sociedad porque estaría consumiendo un medio de comunicación como si fuese una red social y está, como medio de comunicación, jugaría en posición de ventaja sobre el resto de los medios de comunicación.

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