No conocía a Thorkil Sonne hasta que lo descubrí en 'La Contra' de La Vanguardia, sonriendo con el nudo de la corbata perfectamente anudado y su traje elegante. Tiene 47 años, es danés y fundó en 2004 una empresa llamada Specialisterne. No es una empresa cualquiera y por eso vino a España, a explicar en Esade su caso.
Specialisterne es una compañía que trabaja en el campo de las tecnologías de la información y da empleo a 50 personas. El 75% de los empleados padecen algún tipo de autismo, enfermedad que sufre Lars, el hijo menor de Sonne, y que le llevó a crear la compañía.
Su historia es sorprendente, pero, sobre todo, su reflexión sobre lo que ha aprendido trabajando con personas autistas:
"Con cuánta felicidad y alegría puede responder la gente si se
la tiene en cuenta. Tengo el mejor trabajo del mundo. He sido capaz de crear un
nuevo concepto de empresa siguiendo mi propia intuición, confiando en la
vida. Si algo no triunfa a la primera es porque hay una solución mejor
esperándote. He aprendido a soñar y a perseguir el sueño. Y todo esto gracias a
Lars".
Y está bien, muy bien, empezar así una nueva semana, sabiendo que hay personas en este mundo con una mirada tan limpia, capaces de ser felices e ilusionarnos a los demás sabiendo que, con nuestros sueños, podemos mejorar este mundo.
Gracias, Lars; gracias Thorkil.