miércoles, 9 de diciembre de 2009

Uvas amargas para 2010

La Asociación de la Prensa de Madrid divulgó a finales de noviembre su Informe sobre la Profesión Periodística. En él se certifica que 2009 ha sido un año nefasto, con 1.908 periodistas en paro a lo largo del año. Una media escalofriante: cada día, cinco periodistas se han ido al paro. El 65% por ellos son mujeres, reflejo de la femeinización de la profesión en los últimos años.
En su análisis se constata que las ofertas de empleo son un bien escaso y las condiciones nunca son buenas. Lo peor que todo indica que las perspectivas para el próximo año no serán buenas. Los efectos de la crisis económica se seguirán notando y conseguir ingresos publicitarios seguirá siendo difícil, complejo. Las jubilaciones se amortizan, con lo que los 2.550 licenciados que salen a la calle cada curso tan sólo incrementan la presión en un mercado muy, muy reducido.
Los medios ya no tienen margen para seguir reduciendo plantillas y, ahora, los ajustes comienzan en las direcciones. Hace unas semanas, el portal PrNoticias habló de cambios en ese sentido en Abc. Pero también se han producido en Prisa. Me temo que será una tendencia en los próximos meses.
Queda otro año duro para la profesión, nuevas uvas amargas para todos.

Apunten: el 15 de diciembre

No me sean remolones y apunten en la agenda: 15 de diciembre, de 20 a 22 horas en el Auditorio de la Casa Municipal de Cultura. ¿El motivo? Un mega-recital poético-artístico-musical que organiza Marián Suárez. Los adjetivos no son en vano. Participarán 25 personas que, de momento, no se sabe quienes son. Ni se sabrá hasta ese día. Bueno, los aludidos lo saben. Uno, por ejemplo, se encuentra entre los recitadores. De ahí el interés por tener público. Además, habrá una aportación musical de Ana Fernández Pico y otra artística de Benjamín Menéndez. Algo parecido a lo que hace diez años organizamos en la Fundación Municipal de Cultura de Castrillón entre Jaime Luis Martín, Ana Belén Escobar y un servidor, pero con mucha más gente.
Pero volvemos al presente. Los invitados leeremos dos poemas cada uno. Pero no serán nuestros, sino de autores que nos impactaron en su momento, poemas que nos gustaría escribir y que fueron importantes para nosotros. Explicaciones que deberemos dar en público.
El acto se promete interesante, intenso y largo. Si no van, que no sea porque no les avise; si van, ya saben lo que se encontrarán. Hagan lo que hagan, disfruten y sean felices.

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