domingo, 26 de diciembre de 2021

Feliz cumpleaños, Archipiélago


Photo by Simon Hrozian on Unsplash


No fue con una, sino con dos, las entradas con las que un 26 de diciembre de 2006 nacía este Archipiélago Avilés. Ya son quince años.  Y aquí sigo. Con tiempos mejores y otros peores. Me las prometía muy felices para este 2021, con la esperanza de mantener la escritura de 2020 con 74 entradas. Al final, el balance es más bien pobre: trece hasta la de hoy. También es cierto que si sumo mis otras tres bitácoras (Pipas y tabaco; Ex-Libris y Doctor Bacterio) la cifra sería algo superior. No cito Marcadores de libros, que está muerto desde 2012, pero no termino de enterrar por si le doy una nueva oportunidad. Pero Archipiélago es especial porque es el primero. El padre de todos mis blogs.
También es cierto que, a lo largo de estos lustros, el Archipiélago no ha estado solo. Ha ido creciendo con nuevos proyectos.
Pero aquí estoy, con mis escasos lectores (es una ventaja: puedo invitarles a un café sin arruinarme) y con la voluntad de seguir publicando en estas procelosas aguas de Internet. Feliz en mi insignificancia.
Levanto mi copa y brindo con todos usted por el nuevo año.
 

viernes, 24 de diciembre de 2021

Feliz Navidad


No somos muchos los que aparecemos por estas islas, comenzando por servidor. Pero es Navidad y puestos a pedir pidamos que, como mínimo, en un año estemos tan bien como ahora. 

Les deseo lo mejor para 2022. De todo corazón. Feliz Navidad.

domingo, 12 de diciembre de 2021

Madrugón navideño


Photo by S&B Vonlanthen on Unsplash


Quería haber escrito estas líneas una semana antes, pero estas cosas de las vida me lo han impedido. Es ahora el momento y, por lo tanto, es un buen momento. 
Sin más, vamos al lío.
Este apunte quería dejar constancia de mi impresión de que este año las Navidades han comenzado antes que otros años. Yo siempre tuve como referencia la Inmaculada. En ese puente, era  el momento de adornar mi casa. Sin embargo, mucho antes que la Inmaculada han comenzando las iluminaciones en las ciudades y en las viviendas. En algunos bloques, los juegos de luces brillan desde finales de noviembre.
Necesitábamos la Navidad, la alegría; sabernos vivos, la vinculación a algo Eterno que siempre representan estas fechas. Ciclos tenemos a diarios: regresa la primavera, el verano; el cumpleaños y las vacaciones. Pero celebrar la luz, la alegría y la vida ahora, en inverno, cuando la oscuridad es cada vez más grande representa un valor mucho mayor. No sólo festejamos la vida, también las ganas de vida, el saberse vivos.
Le daba vueltas a todo eso y lo iba a escribir a principios de diciembre. Siempre con la sensación de que se trataba de una reflexión más o menos absurda de servidor. Hasta que esta tarde vi el anuncio navideño de Campofrío:




Y, bueno, no voy a presumir de que piensen lo mismo que servidor, pero sí está claro que manifiestan más las ganas de vivir, las ganas de Navidad con la que estamos este año.

Disfruten la Navidad.
 

martes, 16 de noviembre de 2021

Gurb en Asturias


Photo by Rebe Pascual on Unsplash


Si Gurb regresase al planeta Tierra y, por casualidades de la vida, cayese en Asturias no tengo dudas que informaría a sus congéneres de que se trata de uno de los mejores lugares del mundo, incluso un lugar donde veranear.

"Sólo por Asturias, habría que salvar la Tierra". Estoy seguro de que lo afirmaría con tal contundencia que sus superiores le pedirían más razones. Diría que sus gentes son amables, que los paisajes son hermosos, tanto en la montaña como en la playa, hablaría de la sidra y del vino de Cangas, de los licores, de los quesos, de la huerta y del ganado; de la pesca y de la fruta; glosaría los restaurantes, las sidrerías, las terrazas donde poder sentarse a disfrutar de la vida. 

Y, entonces, llegaría la pregunta clave. "¿Acaso no tienen problemas?" Sólo uno, respondería Gurb. "El bable" y dejaría sobre la mesa los soportes informáticos con los miles de tuits, los cientos de noticias e intervenciones radiofónicas.

"¿No les preocupa la demografía; los datos apuntan que se acercan a nivel de no retorno, en el que no habrá reemplazo de los mayores por los jóvenes?" Bueno, algo dicen, pero lo que más le preocupa es el bable.

"¿Y los precios de la energía?". Un poquito, pero, y ciertamente, es curioso siendo una región con industria que necesita una gran cantidad de energía apenas se habla del asunto. No se plantea la construcción de una central nuclear para asegurar el suministro estable y a buen precio, ni hay debates. Lo más importante es el bable. Y e impuesto de sucesiones.

"Los impuestos son importantes en todas partes. ¿Y el medio ambiente?" Bueno, algo, un poquito; pero nadie se lo toma en serio. La clave en los debates políticos es el bable.

"¿Y qué es el bable, Gurb, qué es el bable?"



Photo by Rebe Pascual on Unsplash

 "Ohh, curiosos esos asturianos. ¿Y qué es el bable, Gurb, que es el bable?"

Es el idioma milenario de los asturianos. También lo llaman asturiano. Antón de Marirreguera, en el siglo XVII, es el autor del primer texto literario de importancia, aunque  algunos estudiosos rastrean la presencia mucho antes. Es un tema interesante para nuestro filólogos.

"Suponemos que el gobierno persigue al clave y, de ahí, ese interés".

A lo largo de la historia, la situación ha cambiado. En la actualidad, el gobierno ha permitido que el asturiano, o bable, sobreviva. En los años 70 del pasado siglo era un lenguaje residual, sólo pervivía en ámbientes rurales y apenas tenía prestigio cultural. Sin embargo, un grupo de jóvenes escritores lo reivindicó y potenció. Después el gobierno regional empezó a apoyarlo con recursos económicos para la normalización. Y lo sigue apoyando, pagando a gente que publique libros en asturiano, para que se use en los medios de comunicación, en el teatro... Todo ese esfuerzo ha convertido al asturiano en una lengua culta y reconocida.

"Entonces, ¿está prohibido?"

No. En mi anterior viaje ya os conté el tema de las autonomías. El gobierno autonómico permite que la gente se dirija a él en asturiano, también apoya a los ayuntamientos. Y está previsto que se firme acuerdos con el gobierno central. 


"Gurb, ¿nos estás vacilando; dónde está el problema? ¿La gente lo habla?"

Bueno, eso es un misterio. Algunos dicen que lo hablan más de la mitad de la población, pero en mi estancia en Asturias no encontré a nadie que lo hablase. Lo he preguntado y me dicen que lo hacen por educación, y más cuando eres de otro planeta; pero no escuché mucho bable, la verdad. Sobre todo, lo hablan las personas que lo reivindican.


"Vaya, ciertamente, es curioso. Un idioma de prestigio, salvado por la administración, fundamentalmente mantenido por la administración y con hablantes ocultos. ¿Y qué piden?

La oficialidad. Aunque, en asturiano, se dice oficialidá.

"¿Y qué es la oficialidad, Gurb, qué significa?"

No lo sé, no lo explican. Sólo lo piden.

"Curiosos los asturianos. Casi mejor hablamos de los quesos, por cual empezamos la cata".

martes, 2 de noviembre de 2021

¿Quién rinde la bandera?

 


Photo by Sonya Pix on Unsplash


Llevo muchos años luchando contra Jaloguín. Tantos que el pasado jueves, en la víspera del macropuente escolar, al ver a todos los alumnos de Infantil en el colegio de Costillina,  entrando a clase disfrazados de brujas, demonios, trasgos, magos, momias y todo tipo de ser espectral, comprendí que la batalla, la primera batalla, ya estaba perdida. Posiblemente lleva mucho tiempo perdida y yo he sido el que ha tardado en darse cuenta.
Ahora, lo que nos queda, si podemos, es negociar la rendición con cierta dignidad; la suficiente para seguir disfrutando de nuestras costumbres: los buñuelos de viento, los huesos de santo; el recuerdo a quienes no están ya con nosotros... 
Jaloguín ha venido para quedarse un buen tiempo. ¿Quién se resiste a una fiesta? Y más aún cuando ofrece diversión y alegría, disfraces y dulces. Lo poco que podíamos contraponer, la representación de Don Juan, los dulces propios de estas fechas, llevan tiempo en franca retirada y casi ni los reivindican los nostálgicos. 
Celebramos, celebran Jaloguín, con la capa superficial; como sucede con la Navidad. Esperamos que, al contrario que en las sagradas fiestas de diciembre, la invasión no vaya más allá y no implique asumir una idea de un mundo triste y con miedo, donde los vivos se disfrazan de muertos para evitar ser arrastrados al más allá. Es terrible vivir con miedo.

jueves, 9 de septiembre de 2021

El traje nuevo del emperador

 


Photo by Road Trip with Raj on Unsplash


Cuando leí la noticia de que la agresión homófoba de Madrid que había generado una oleada de solidaridad era una denuncia falsa, promovida por el que habíamos considerado víctima para encubrir una relación sadomasoquista no pude sino pensar en El traje nuevo del emperador  

Si en el cuento de Andersen es un niño inocente el que descubre las vergüenzas de la sociedad, aquí es un chapero que opta por mentir para preservar a su pareja, según leo en El Comercio. Al final, o al principio, es un acto de amor de una persona que necesita compaginar su manera de ganarse unos euros necesarios con la estabilidad emocional que, para tantos, nos resulta tan importante: amor y ser amado, poder abrazar  a la persona que llena tu vida todas las noches. ¿Quién no ha hecho locuras por amor? 

Pero más allá de lo que suceda en su futuras aventuras con el orden penal, deberían aplicarle como eximente el hecho de haber gritado: "el emperador está desnudo". Sólo que el emperador somos todos, desde Pedro Sánchez a Santiago Abascal. Su gesto no sólo ha desnudado a la clase política, también a una sociedad enferma de la necesidad de estímulos, de velocidad.

¿Qué sucedió para que la Policía Nacional transmitiese la información a toda velocidad antes de concluir la investigación? ¿Algún mando a la búsqueda de un ascenso rápido? ¿Presiones políticas para salir en la defensa de alguna bandera? ¿Necesidad de alimentar unas redes sociales, con tantas cosas buenas, pero también con el riesgo de tener que alimentar a un ente que no descansa las veinticuatro horas del día todos los días del año?

¿Qué pensarían las víctimas de anteriores agresiones homófobas que no habían recibido ese apoyo del circo político? ¿Por qué nos ponemos tan divinos con unos y no con otros cuando el hecho en sí (una agresión alimentada por el odio) siempre es igual de condenable?

Y los políticos. ¿Qué me dicen de los políticos? Ahí los vimos a todos, en tromba, que si el discurso del odio, que si los inmigrantes, que si tal o cual... No me importa el color de ninguno de ellos porque todos reaccionaron de la misma manera: usaron la realidad al servicio de su agenda política. Adiós a la idea del bien común, al servicio de la sociedad. Ninguno se quedó en el lógico apoyo a todas las víctimas, en  la reflexión de las causas de la violencia para tratar de corregirlas... Cada uno acercó en un primer momento el ascua a su sardina. Y lo siguen haciendo ahora cuando vemos que lo que parecía ser es otra cosa. El espectáculo debe continuar mientras estemos nosotros pagando la fiesta. 

Nos está quedando una destrucción de la democracia liberal muy bonita.


miércoles, 8 de septiembre de 2021

Adiós a Tokio, adiós

 


Photo by Sam Balye on Unsplash

Ya está. Terminaron los Juegos Olímpicos. La ventaja de la diferencia horaria con Japón es que fue más fácil eludir las ceremonias de apertura y de clausura; la desventaja es que la diferencia horaria no sabías que la competición que veías era la de hoy o la de ayer, si celebrabas triunfos del mañana o no.

Pero son detalles menores. Lo sustancial es que los Juegos Olímpicos nos han vuelto a hacer vibrar con historias humanas, las paraolimpiadas han contribuido a derribar muros mentales y hemos disfrutado con competiciones y anécdotas, ahora mucho más amplificadas gracias a las redes sociales.

Y, con todo esto, una pregunta para la que no tengo una clara respuesta: ¿deberían haberse celebrado en estos tiempos de covid? No es una respuesta sencilla. Leías noticias de contagios y a saber lo que podía pasar. ¿Habrá llegado a más países, se habrá sembrado una nueva variante del SARS-Cov 2

Son preguntas para las que no leo respuestas y que, supongo, se harán muchas personas. No seré el único.

¿Eran necesarios estos Juegos Olímpicos sin público?

No tengo una respuesta rotunda, un sí o un no claro. Pero, al menos para un servidor, estos juegos olímpicos me han aportado esperanza. Después de todo el sufrimiento, con todos los esfuerzos que son necesarios para derrotar a la enfermedad, la humanidad puede seguir ejerciendo de humanidad. Nos ha herido y  nos ha hecho sufrir; pero no hemos perdido la esperanza. Y esa es la palabra en la que resumo los Juegos Olímpicos de Tokio: esperanza. Tal vez, por eso, hayan sido unos de los más importantes.

martes, 27 de julio de 2021

Una serie espectacular


Fuente: FilmAffinity España



La promoción de Oficina de Infiltrados la presenta como la mejor serie europea de espías. No he visto todas las series de espías, pero no cabe duda de que Oficina de Infiltrados es una de esas series que van a perdurar en el tiempo. Es la primera impresión después de ver las cinco temporadas, sufrir y emocionarme con las aventuras de Paul Lefevre y compañía.

Pero, sobre todo, la serie perdurará por su profundidad. Porque, al final, la serie es, sobre todo, una reflexión moral, sobre las consecuencias de nuestros actos, sobre el bien y el mal en el sentido más sencillo; sobre los límites entre la vida personal y el trabajo; sobre el compromiso en la gestión pública... Está mal saltarse una medida de seguridad que se encuentra contrastada y eso genera un conflicto que se alargará durante buena parte de la primera temporada; pero también es censurable la mentira y el engaño, lo que casi parece ir a la naturaleza de la profesión de espía y, de ese mal, termina golpeando a sus protagonistas. 

Oficina de infiltrados no es sólo una serie de espías. Es una reflexión sobre el bien y el mal, sobre las decisiones que adoptamos y como condicionan nuestra vida y la de otras personas con las que convivimos. Es, ya lo he escrito, una serie moral, una reflexión ética y necesaria en la sociedad actual.







jueves, 15 de julio de 2021

El colmo del bloguero

 


Photo by Kaitlyn Baker on Unsplash




Supongo que, como sucede en todo en la vida, habrá diferentes colmos. Algunos blogueros se sentirán frustrados por la falta de lectores, no es mi caso; o porque no interactúen, tampoco me sucede. Cada persona, cada autor tiene su límite, su colmo que, en un momento o en otro, se rebasa. 
Y yo voy a confesar el mío.
Mi colmo es cuando después de semanas sin escribir, entro en mi bitácora y encuentro una entrada con varios comentarios. O con uno solo. Me es igual. Voy, con cierta ilusión (no voy a negarlo) a leer ese náufrago para responder con un mínimo de educación y me encuentro con un bot, un robot, uno de esos tipos que, como si fuese Matrix, navega por Internet y va lanzando mensajes sin sentido. 
Se me queda la cara tonta. No voy a escribir otra cosa. ¡¡¡Qué cojones hace ese robot aquí, escribiéndome cosas que no vienen al caso!!! ¿Por qué comentas en una entrada de cine sobre clinicas dentales? Fuera, fuera, borrado... Es mi colmo. Me cuesta soportarlo. Lo confieso.

martes, 13 de julio de 2021

Una 'peli' de Star Wars que no es de Star Wars



Fuente: https://www.starwars.com/films/rogue-one


Ser hijo de los setenta tiene sus obligaciones y, al menos para servidor, una de ellas es ver las películas de Star Wars. La Guerra de las Galaxias marcó buena parte de mi infancia y, aunque no olvidaré, la decepción con la que vi por primera vez El retorno del Jedi cada nuevo estreno me llevaba a la taquilla para ver con decepción que el aire siniestro y profundo de El imperio contraataca no regresaba. 
De esa manera, cada nuevo estreno se convirtió en un ritual en el que sabías que irías al cine, pagarías la entrada y saldrías decepcionado. La duda era donde aparecería la decepción, que as de la manga se sacarían y qué le dirías a alguna de tus figuras de Darth Vader.
Hasta que llegó Rogue One. Es una película de Star Wars que no parece de Star Wars. Hay personajes que dudan, hay humanidad y, sobre todo, no existe ese final feliz que, parece, tienen que tener todas las películas. Sí, sabemos como seguirá todo y lo que habrá después, pero Rogue One parece más una película que se les haya escapado de la fábrica. En todo caso, fue una gozada verla. 
Ahora toca esperar la siguiente decepción.

martes, 4 de mayo de 2021

'Polizón': bodrio en el espacio




Cuando te acercas al mundo de la ficción sabes que vas a producir una quiebra con la realidad. Es necesario asumir ese extrañamiento para disfrutar de la ficción. De lo contrario, no entenderíamos el universo creado en Star Wars o una película de vampiros. Incluso en las obras realistas existe esa fricción, aunque sea menor. ¿Existió el mundo de Los Santos inocentes? No tal cual y si queremos examinarlo bajo la condición de que se narra algo real, no disfrutaremos de la ficción aunque en ella aparezcan elementos propios de la naturaleza humana: amor, odio, miedos...

Va todo esto para justificar mi calificación de Polizón, la película de Joe Penna que vi hace unos días en Netflix. La película narra la historia de un viaje a Marte donde, la tripulación se encuentra a un polizón. A partir de este momento, igual desvelo datos de la película; aviso por si algún lector quiere llegar virgen a su visionado. 
Ahí llega el primer escollo. Porque resulta difícil creer la existencia de un polizón que, además, no entra voluntariamente, sino por un error. Nunca he construido una nave espacial, pero intuyo que las normas de seguridad deberían permitir saber que el número de trabajadores que accede a trabajar en un turno es igual al que sale... Vale, vale, lo acepto, porque de lo contrario no hay película.
Pero luego resulta que en un viaje de dos años por el espacio, se encuentran con las provisiones y el oxígeno limitado. Tanto que no pueden permitirse un tripulante más. Y claro, sabes que, por seguridad, en los aviones se duplican los sistemas. ¿Y un viaje en el espacio exterior van con la comida y el oxígeno justo? Vale, vale, lo acepto, porque de lo contrario no hay película.
Pero luego resulta que hay una avería imposible de reparar de un elemento fundamental. ¿Imposible de arreglar? Un elemento esencial y no llevan un repuesto... ¿Otra vez hay que aceptar porque, de lo contrario no hay película? Uff, ya van tres...
Pero asumes y vas a la película y resulta aburrida, sin gracia. Todas las posibilidades se esfuman... 
O sea, un bodrio. Totalmente prescindible.

martes, 9 de marzo de 2021

La oración del ateo

 


DDP on Unsplash

No es la primera vez que estoy en un apuro, y de los gordos. Estamos, porque de lo que voy a hablar necesita de la presencia de varias personas. Ese es el elenco: plural. Y, de repente, un problema. El que sea. Pero una situación límite: quedar encerrados en un ascensor, que el coche se cale y falle el freno de mano subiendo un puerto de montaña; un bloqueo de las comunicaciones en el periódico cuando queda media hora para el cierre; una enfermedad que sólo empeora...

Y, en ese elenco plural, siempre hay una persona de buena voluntad (porque existen) que pregunta: ¿qué puedo hacer? Y la respuesta es clara: rezar. Todos estamos haciendo todo lo posible. Ya sólo queda rezar, reza. Entonces es el momento de una terrible confesión: ¿qué hago, si soy ateo, o atea? En función del dramatismo de la situación (el grado de pendiente del puerto; lo apurado de la situación) podemos tener como interlocutor a una víctima de la LOGSE, que no sabe ni el Padrenuestro.

Soy ateo, no sé rezar, insiste. Incluso te pide que reces tú, que vas a misa y proclamas tu fe. Sí, amigo, amiga; yo ya estoy rezando desde hace un rato y nada cambia. Si Dios escucha tu voz, la voz de un ateo, se dará cuenta de lo extremo del problema; comprenderá que no es una exageración de este pobre pecador; verá que una oveja perdida se acerca al redil y tendríamos más posibilidades de salvar esta complicada situación.

Así que amigo lector, si usted es ateo, o atea, rece. Rece sin motivo, aunque sólo sea por agradecer la vida; rece para que, cuando sea necesario, no se encuentre desacostumbrado. Rece porque, incluso en la noche, el silencio es hermoso.

martes, 9 de febrero de 2021

Marian Suárez, en su muerte

 



Los amigos de Marian Suárez sabíamos, desde hace tiempo, que la enfermedad avanzaba de manera inexorable y llegaría el momento de despedirla. Hoy, La Voz de Avilés, su Voz, nos informa de la noticia de su muerte, de su marcha.

Con Marian Suárez perdemos a un referente para los escritores, a una persona que aspiraba a ser poema más que poeta, con todos los riesgos que conlleva; con la búsqueda de la belleza y la reflexión. Se entregó a Avilés y a la cultura sin renunciar a su independencia. Prefería callar y que sus versos hablasen por ella. Por eso, mi homenaje es un poema escogido al azar.


Invidencia


Yo no sé del deseo

sino cuando se instala en la mirada

y rompe en el espejo su verdad.


Sino cuando circula mal el aire

y el corazón se vuelve débil

al rigor de la piel.


Sino cuando ya asume las cenizas

y traza con su bastón de ciego

los intersticios del placer

el residuo fugaz de una caricia:

otra forma de entrega

más oscura y secreta.


(Las calendas griegas, 2006)



jueves, 28 de enero de 2021

La trampa de las redes sociales

 


Photo by John Cameron on Unsplash


El veto de diferentes redes sociales a Donald Trump ha desvelado la trampa que tienden a la sociedad. No sé si de manera consciente o no. No es algo nuevo y, con cierta frecuencia, vemos a diferentes usuarios que comentan el veto a algunos contenidos por violencia o pornográficos, aunque, en algunas ocasiones, se trata de obras artísticas. 

Sin embargo, el veto implica una actitud activa, un cambio en su modelo. Se transforman en un medio de comunicación, no en un espacio para que sus usuarios comparten sus experiencias, fantasías, ideales o críticas del gobierno. En las democracias, los ciudadanos contamos con diferentes medios de comunicación que seleccionan, tratan y divulgan sus noticias. Cada uno escogerá los medios en función de sus preferencias, incluso en la cultura europea asumimos la necesidad de medios públicos para equilibrar ese debate. Los medios no son redes sociales y, como empresas periodísticas, son responsables sobre sus contenidos y de esas responsabilidades nacen ciertos derechos y obligaciones. Un periódico que publica una mentira debe rectificar e, incluso, indemnizar a personas o instituciones dañadas por publicaciones injuriosas.

Sin embargo, una red social, entendida como un espacio para compartir, no tiene ninguna responsabilidad. ¿Es responsable una compañía de telefonía de transmitir la señal que ordena un atentado? No, no lo es. Ni de lo que dice el asesino. Él responsable es él, la persona que ordena ese delito y el que lo comete.

Por eso, las normas de juego y las responsabilidades de medios de comunicación y las redes sociales son diferentes, deben ser diferentes.

Si una red social prohíbe a una persona usarla y divulgar determinados contenidos se transforma. Ya no es un espacio neutro. Por esa razón debería asumir responsabilidad sobre todos sus contenidos. No sólo con censura preventiva, como en el caso de Trump, o suspendiendo cuentas ante denuncias con procedimientos sumarios. 

Incluso, como sucede con los medios de comunicación, debería plantearse abonar la creación de contenidos que, hasta ahora,  recibe gratuitamente.

Pero en ningún caso debería quedarse en ambos lados. Es un peligro para la sociedad porque estaría consumiendo un medio de comunicación como si fuese una red social y está, como medio de comunicación, jugaría en posición de ventaja sobre el resto de los medios de comunicación.

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