viernes, 8 de agosto de 2008

María Teresa Florentino de la Vega

Resulta curioso el paralelismo entre fútbol y política. Florentino Pérez, sin entrar en el análisis de su gestión, me resultó un tipo curioso. Capaz de hallazgos publicitarios y de encararse con cualquier periodista cuando una pregunta no le gustaba. A él le debemos sus "zidanes y pavones", que ya se ha generalizado o el famoso "never, never, never" cuando se le preguntó por el fichaje de David Beckamp. El caso es que ahora, nuestra vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se transforma en Florentino Pérez y, ante un auditorio entregado, asegura que en España no se aplicará la Directiva del retorno o la Vergüenza que ha aprobado el Parlamento de la Unión Europea con el voto favorable de la mayoría de los eurodiputados españoles. No faltó ese "nunca, nunca, nunca" pronunciado con idéntico fervor que Florentino antes de fichar al bello futbolista.
Y es una pena que nuestra vicepresidenta no aprovechase la oportunidad para explicar a su auditorio que las directivas de la Unión son de obligado cumplimiento para todos los países miembros. Estos deben adaptarlas a su legislación nacional tras un plazo fijado en el propio texto, pero sin olvidar los contenidos básicos. En caso contrario, tirón de orejas de la Unión.

Así que no estaría mal que en vez de un "never, never, never" tan rotundo, Florentino de la Vega dedicase su tiempo a negociar con los socios europeos el texto de la directiva o con los países afectados la forma de aplicarla sin que nadie resultase humillado ni dañado, que viene a ser lo mismo aunque no son sinónimos.

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