martes, 17 de mayo de 2016

Star Wars: El despertar de la fuerza

Fuente: Filmaffinity

Tenía muchas ganas de ver El despertar de la fuerza, el inicio de la tercera triología de Star Wars y de la que había leído mucho y nada bueno.
La historia nos lleva treinta años después de los hechos de El retorno del Jedi, lo que permite rescatar a sus personajes más carismáticos, como Han Solo, con algunos guiños a los que vimos la película en su estreno y durante una parte de nuestra infancia no descartamos la posibilidad de ser un caballero yedi o luchar en el espacio con las tropas de la República.
Creo que las críticas han sido injustas, al menos los comentarios que yo he leído sobre el trabajo de J. J. Abrams.
Se trata de una película de entretenimiento, donde, básicamente, se repite la fórmula de la primera saga a la que se trata de homenajear de manera constante. Y tiene su lógica comercial, toda vez que es el gancho para que los padres de hoy lleven a sus hijos al cine recordando la emoción que vivieron en su infancia. En ese sentido, la película da lo que ofrece.
Tampoco comparto la censura contra el personaje de Kylo Ren. Un error es que se le compara con Darth Vader, cuando ocupan lugares muy difernetes, tanto en la historia como en la recepción. En esta, no se puede olvidar que, hasta que se presentó, nada en el cine se podía comparar con él y marco un hito. Además, se trata de un personaje ya hecho, su periplo vital se ha culminado, mientras que Ren es un ser en fase de creación, con sus dudas y con el peso de la historia sobre él.
Tampoco se ha elogiado lo suficiente la presencia de una mujer como heroína principal. No es habitual en este tipo de películas. Y más cuando las virtudes de Rey se contraponen con los defectos de Finn, el personaje masculino que aparece como cobarde e indeciso en muchos momentos del filme. 
Con todo esto, queda claro que me gustó la película.

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