viernes, 25 de junio de 2010

La belleza de la vida

Oh, María aurora del mundo nuevo. Madre de los vivientes a Ti confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo, el Evangelio de la vida. Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.






Juan Pablo II

Por San Juan

La noche de San Juan siempre huele a hoguera y ceniza, el humo tapa la luna, aunque no se vean las llamas. Las brasas alientan los deseos, parece que hay ganas por apurar una vida que se escapa a sorbos, casi sin darnos cuenta.
Ayer, Gijón amaneció vestida de bruma, con la niebla marina recorriendo las calles y, en el ambiente, olor a yodo, a mar, a salitre.
Fuego, agua, aire... Casi parece que el cuarto elemento somos nosotros, la tierra que pisamos.

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