Existen muchos Fernandos y todos están en mí... En Cristo en Manhattan expongo mi vertiente religosa, creyente. Este es el primer texto que escribí en su día y que abre la serie en la que voy trabajando.
Abadía de Viaceli, Cantabria. |
Bienaventurados los accionistas
de Lehman Brothers, porque ellos sabrán lo que es la pobreza.
Bienaventurados los hambrientos,
porque desconocen el Big Mac.
Bienaventurados los sedientos,
pues no se refrescan con Coca-cola (marca registrada, reservados todos los
derechos); bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos
no se han ilusionado con las promesas de los políticos, las habladurías de los
medios de comunicación, las campañas de mercadotecnia.
Bienaventurados los
hipotecados, porque conocerán lo que es la libertad.
Bienaventurados los que pasan
calor y frío, porque descubrirán un hogar de verdad.
Bienaventurados los que no
cobran bonus, no cumplen objetivos, no baten incrementos de productividad
porque desconocen lo que es la avaricia.
Bienaventurados los que no celebran
la Séptima ni la Cuarta, los que no celebran el Triplete ni al equipo
pentacampeón, porque no adoran al Becerro de Oro.
Bienaventurados los que no
confían en Barack Obama, porque aún conservan la esperanza.
Bienaventurados los que no
pasan dos horas diarias frente a la televisión, ni conectados al emepe tres ni
navegando por Internet porque así podrán descubrir el silencio.
Perfecto, adelante con la
publicidad.