martes, 1 de julio de 2008

Sin champán para la Eurocopa

El mismo día que José Luis Rodríguez Zapatero demuestra su habilidad glosando a los futbolistas, Pedro Solbes nos amarga la fiesta reconociendo que, en los primeros tres meses del año, la economía creció un 0,3%, la inflación sigue disparada, los tipos de interés crecen sin parar y el paro comienza a crecer. Estamos tranquilos porque, a falta de otras reflexiones, el gobierno anuncia un plan de austeridad y, para celebrarlo, medio gabinete se marcha a ver la final de la Eurocopa a Viena. Supongo que lo habrán abonado con sus sueldos; el sistema sanitario clama por una reforma que no llegará y las señales de la educación comienzan a ser preocupantes. No sé quién pagará el champán de esta fiesta.
Últimamente, por la ciudad no veo más que mujeres embarazadas, hermosos bombos que caminan por las calles y es de las pocas alegrías que se pueden encontrar. Significa que, después de todo, saldremos adelante, que esos niños y niñas que están ahí, esperando su momento. Alguno, incluso yo mismo, me recriminarán que es la ilusión de un tonto. Y el regalo de la vida.

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