Rafael Moneo recurrió a la escala natural (1:1) para la ampliación del Museo del Prado. Lo leí hace unos meses al difunto Rodrigo Uría, un gran tipo. Explicaba que esa era la única forma de conocer el proyecto y que casase con el entorno. Supongo que el espacio donde se desarrolló tal obra obligaba a ese esfuerzo y que no todas las maquetas deben exigir tal esfuerzo.
Todo esto viene a cuenta de la maqueta que el pasado domingo vimos en la prensa del futuro stand de Avilés en la Feria Internacional de Muestras de Asturias en Gijón. Organizar la presencia local en la Fidma es algo tan difícil como lo de ser seleccionador de fútbol, porque entre los amigos y las opiniones de todos, al final el que toma la decisión se queda solo.
Este año nos presentaron una apuesta, como mínimo, arriesgada y hasta que no se vea en Gijón no sé si estamos haciendo el ridículo, regalando el dinero a unos amigos o con un stand digno. Me sorprende que la imagen del dinamismo de una ciudad se quiera transmitir por unos molinillos de papel... En un pabellón cerrado, luego tendrán que tener motor. Llevando la metáfora hasta el final nos quedamos con un dinamismo que no es real, sino que se trata de una escenografía. ¿Habrá traicionado el subconsciente al nuevo equipo de gobierno?
Luego está la sucesión de tópicos, de las imágenes de ediciones anteriores. En los stands de otros ayuntamientos, se comprueba un esfuerzo, la presencia de un año nada tiene que ver con la del anterior, existe un esfuerzo. Cierto que, en el caso de Gijón, es obligado porque juegan en casa, pero otros municipios, como Langreo, plantean opciones diferentes año tras año, mientras aquí volvemos con el Niemeyer y los parques, que ya estuvieron el año pasado y el anterior... Habrá que esperar que, al menos, las fotos sean diferentes...
La respuesta a todas las incógnitas la tendremos el sábado.