lunes, 30 de noviembre de 2020

Diario de un confinamiento; El día de la bestia

 


Photo by Simon Wijers on Unsplash


La epidemia de la covid sigue asentada en nuestras vidas y las protestas de los hosteleros han protagonizado los diarios en los últimos días. Sin embargo, aún nos queda por superar el día de la bestia.

Si no estoy equivocado, el próximo 20 de diciembre será el momento de que todos los autónomos que se hayan acogido al aplazamiento de cuotas aprobado al inicio de la crisis deberán ponerse al día en sus obligaciones. Todos.

Es decir, que ese día, además de la cuota de diciembre, deberán tener liquidez para pagar una o dos cuotas. Ya sabemos que eso puede varias. En los niveles mínimos estaríamos hablando de un desembolso de algo más de 800 euros. Da vértigo. Porque lo que hemos vivido en los últimos meses invita a pensar que no son muchos los autónomos que hayan generado esa liquidez. Los gastos no se han detenido y, si lo han hecho, no en la suficiente medida. Es decir, pudo haber alguna renta perdonada, pero hay que comprar producto, pagar la luz... Si no se cambia, el 20 de diciembre puede ser la jornada en la que veamos cuantas empresas zombies han resistido hasta este momento y cuantas caerán... 

Pasear por cualquier ciudad permite ver el grado del roto de nuestra economía. Así que lo que puede suceder en unas semanas da para una película de miedo. Y de las buenas, de las de verdad.

A ver cómo salimos de esta.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Diario de un confinamiento; Plague Inc

 


Protesta de autónomos en Avilés.


Hace años jugué al Plague Inc. No sé cómo llegué a él. Lo descargué en mi tablet y le dediqué bastantes horas. El jugador escoge un tipo de patógeno: virus, bactería, hongo... Su misión es destruir el mundo. La clasificación final se organiza en función del tiempo invertido en la destrucción del mundo y el número de víctimas hasta lograr extinguir a la humanidad. Jugué bastante y, de hecho, la crisis del Sars de 2012-13 me sacó del juego. En los informativos veía exactamente las mismas cosas que se sucedían en mi ordenador. Así que lo dejé por sanidad mental.

En la dinámica del juego, había un momento crucial: el inicio de las protestas, los motines, los disturbios por el avance del patógeno. Después de ellos se hundía el país. Era una buena señal.

Ahora, en plena lucha contra el Sars-cov 2 vemos protestas de empresarios y ya se han producido algunos disturbios. La situación es complicada. Todos los estamos viviendo. Todos lo estamos sufriendo. Y además no existe una respuesta fácil. Él que quiera darla se equivoca.

Después de todo, no deja de ser un derecho ciudadano expresar su malestar ante lo que considera una mala gestión del gobierno de turno. Y, en esta crisis, existe un claro consenso social en que el gobierno de turno, al menos en España, no está siendo todo lo diligente que sería de esperar. Sí, pero ¿si esa protesta sólo sirve para sembrar más malestar, para no solucionar los problemas o, trágicamente, eclipsar situaciones más dramáticas?



miércoles, 4 de noviembre de 2020

La magia de la escritura

 

Photo by Aaron Burden on Unsplash




Si debo explicar los motivos por los que escribo tengo razones suficientes. Desde la más sencilla (me gusta) al conocimiento que aporta toda escritura.
Más complejo me resulta detallar los motivos que me llevan a publicar. O tratar de publicar. Mi obra publicada es mínima y tengo la sensación de que el mundo me lo agradece. Lo cual no deja de ser una sensación un poco desalentadora cuando te acuestas o te pones a escribir.
Y también me lleva a una pregunta que, periódicamente, me hago cuando me pongo a escribir en este blog. 
Pero es una pregunta formulada de manera errónea. No se trata de los motivos para escribir, sino los motivos para buscar lectores. 
Encontrar lectores es saberte que no estás solo, que lo has escrito interesa a alguna persona. Aunque sólo sea para criticarlo, para reírse de lo que uno hace.
También aporta un sentido a ese esfuerzo, a ese trabajo. Si una persona ve reflejada sus sentimientos, inquietudes o, sencillamente, se ríe con lo que has hecho, habrás aportado algo al mundo. 
Grande o pequeño. No importa. Tampoco se preocupa el jardinero por la belleza de la flor que planta, simplemente la deja en el jardín para que embellezca la ciudad o sea contemplada.
Así va cobrando forma la magia de la escritura.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Antidisturbios

 



Es la serie de moda. Y no me extraña. Los seis episodios de Antidisturbios que narran la historia de la unidad Puma 93 o Puma 96 (en todas partes leo lo primero, pero yo creo haber visto el 96) no se ven, se devoran. Termina el capítulo y te sorprende que hayan sido cuarenta minutos porque la impresión es que han sido sólo dos o tres. Rodrigo Sorogoyen, Borja Soler e Isabel Peña narran con pulso firme las aventuras y desventuras de estos policías. Corrupción y política van de la mano en una serie que debería interpretarse como una gran película. Los actores se encuentran en estado de gracia. Todos, sin excepción. 

Y luego está la polémica. No podía faltar. El gran acierto de la serie es no elogiar a los Antidisturbios ni tampoco criminalizarlos. Con la prudencia que no me da conocer a ningún integrante de la Unidad de Intervención Policial me atrevo a afirmar que la gran virtud de la película es presentarlos como personas normales, ciudadanos de carne y hueso, con sus problemas y sus dudas, con sus vicios y pasiones; que sufren en su trabajo como sufren todos los trabajadores y que sólo esperan en tener un reconocimiento social por una tarea tan ingrata como necesaria. 

El mío, al menos, lo tienen. 

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