viernes, 2 de marzo de 2007

Tele Asturias

Cuando cierra un medio de comunicación siempre me provoca pena: el debate democrático se empobrece y, no voy a ocultar mi corporativismo, unos cuantos compañeros se van al paro. Cuando el cierre lo incita un gobierno me provoca escalofríos, cuando la clausura se hace a dos meses de las elecciones y afecta a un medio especialmente crítico con el gobierno siento miedo.
Esto es lo que ha pasado con Tele Asturias, una empresa privada que hoy pasará a mejor vida. La decisión del viceconsejero Luis Iturrioz es plenamente legal y trata de poner orden en el caos de las televisiones privadas. Como todos sabemos, a mediados de los 90 comenzaron a proliferar televisiones privadas de ámbito municipal aprovechándose de la tolerancia de las administraciones. El espacio radioeléctrico es limitado y, por ese motivo, el Estado concede las licencias. El reciente concurso de TDT (aún con dos demarcaciones para adjudicar en Asturias) fija que cadenas han logrado licencia y quienes no.
Desde ese momento, las cadenas sin licencia no pueden emitir, ya que ocupan un espacio asignado a otra empresa. Ahora bien, lo que me pregunto es por qué la viceconsejería inicia ahora la operación de limpieza y no hace dos años, cuando se empezaba a preparar el concurso de TDT. Y por qué la limpieza no afecta a todas las cadenas que no cuentan con licencia para emitir. Sólo señalan con el dedo a una televisión que se ha destacado por sus contenidos críticos hacia el gobierno de Areces y que se promociona como la Autonómica en abierta competencia con la TPA.
Las respuestas parecen fáciles de imaginar, más aún después de ver los gestos de Areces cuando le preguntan por el tema. Uno, desde luego, no puede estar de acuerdo con esas decisiones y ese modo de proceder. Tele Asturias debería emitir hasta que su frecuencia fuese ocupada por la empresa adjudicataria de esa frecuencia la necesitase.

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