jueves, 24 de julio de 2008

Rancheras en el cielo

A la isla llegan ecos de la Atenas de Asturias. Se ha muerto Ernesto Baldajos, el hombre bueno que siempre sonría a los que más lo necesitaban. Tan sólo lo vi actuar una vez, en Sabugo. Yo era un crío y mis padres me llevaron a no sé que festival en la plaza de El Carbayo. Se sucedían las actuaciones y los niños corríamos jugando. Sólo paramos cuando Ernesto Baldajos salió al escenario con su traje mexicano. Brillaban los adornos y brilló su voz. Lo dejó todo en el escenario y aplaudimos a rabiar.
Lo demás, ya lo sabemos todos. Un amable anónimo dio la alerta en los comentarios. Completé mi información en La voz de Avilés Los comentarios de los lectores demuestran un sentimiento compartido: la pena por la marcha de un hombre bueno, que, con su esfuerzo, ayudó a muchos y cubrió en más de una ocasión la insensibilidad de la administración.
Rezaremos por él que, desde el cielo, animará el paraíso con sus rancheras y, sin dudarla, nos ayudará a quienes seguimos en este valle de lágrimas y de alegrías.

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