viernes, 2 de febrero de 2007

Los profesionales

La tensión política entre PP e Izquierda Unida ha ido creciendo desde la cascadas de denuncias que el primer partido de la oposición empezó a poner contra el portavoz de la coalición, José Fernando Díaz Rañón y que, de forma sistemática, se han archivado por la ausencia de comportamientos delictivos. Entre las consecuencias negativas de esa táctica de la oposición, se encuentra un incremento de la tensión en los Plenos. Y se suceden momentos como el que voy a narrar hoy que tenía prometido desde hace unas cuantas entradas.
Como todo el mundo sabe, en el último Pleno, el PP perdió una votación por la ausencia de dos concejales. Con ellos hubiese obtenido la mayoría absoluta que necesitaba y no la simple en la que se quedó. Ambos ediles (Francisco Menéndez y Armando Pascual) no acudieron por motivos profesionales.
En los debates previos, Joaquín Aréstegui había recriminado a Rañón que compartía con ASIA el mismo jefe: Melca. Y, posteriormente, Rañón censuraba la ausencia de dos concejales como muestra de una falta de compromiso con la ciudad. Llevábamos ya un buen rato de Pleno y el ambiente estaba caldeado. El debate continuó y la concejala del PP, Carmen Maniega, defendía la ausencia de sus compañeros alegando que ellos no eran profesionales de la política, al contrario que Rañón y sus otros dos concejales liberados. La torpeza de Maniega le concedió a Rañón el punto de partida que esperaba para lanzar toda su artillería sobre las filas populares. Reconstruyo la intervención de memoria, así que puede haber haber algunos errores:
"¿Profesionales? No, no somos profesionales. Sí es cierto que estamos cobrando por una dedicación pero, al terminar, regresaremos a nuestras ocupaciones. ¿O es que los obreros no podemos dedicarnos a la política? Porque sus compañeros están trabajando, pero legalmente tienen el derecho de pedir a la empresa el tiempo necesario para venir al Pleno y tener la compensación económica por el tiempo en el que no trabajan.Sus compañeros no renuncian a las dietas que cobran del Ayuntamiento, por no venir. Y si no pueden o no les interesa, hay opciones tan honorables como dimitir y que corra la lista. Y sí, mi currículum es conocido. Trabajé en Cyr, después en Melca entre 1983 y 2005, donde José Luis Garcia Arias no era mi jefe, aunque sí un accionista destacado de la empresa, y, desde 2005 pertenezco a la plantilla de Montajes Nervión, donde volveré cuando termine esta etapa política. Hablando de profesionales, ¿a dónde volverá Joaquín Aréstegui cuando termine su etapa política? No nos den lecciones sobre profesionales de la política, cuando uno de sus concejales, Constantino Álvarez, vendió parte de su hacienda en plena campaña electoral y no dudó en vender su cuota láctea".`
En honor del PP, hay que decir que la intervención de Rañón casi cerró el Pleno y no tuvieron la oportunidad de defenderse. Ni, desde entonces, lo han intentado.

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