domingo, 16 de enero de 2011

Menuda semanita

Nunca me había pasado nada igual. Salvo periodos de vacaciones, nunca había estado tanto tiempo sin actualizar el Archipiélago. En vacaciones, solía dejar la nevera preparada y de forma programada se descongelaban los apuntes. Al regreso, respondía a los comentarios, si era menester.
No escribir a diario era una idea que me provocaba vértigo, escalofríos, pesadillas. El Archipiélago como forma de vida. Casi nada.
Hasta esta semana. Porque las dos entradas que aparecieron están escritas en la víspera de Reyes o por ahí. Vamos, bacalao para desalar. 
Y entre cólicos, trabajo y médicos pasaron los días y la casa sin barrer, digo sin escribir. Arrancó el San Pancracio de purito milagro. Son las ventajas de la paternidad. Está bien escrito, ventajas, porque el Archipiélago ya ha perdido todo aire de obligación. Es necesidad, pero no dependencia, es placer y no obligación. Es alegría y disfrute.
Ahora sólo me queda que estas islas mantengan el interés, que lo que salga le guste al respetable. 
Veremos lo que no das la vida. Digo la escritura, que vienen a ser sinónimos.

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