La idea se me ocurrió tras leer una aportación de Pedro Westerman a estas islas. Y, si tiene éxito, será la tercera de las convocatorias monográficas que hacemos en nuestro premio San Pancracio. La idea es bien sencilla: premiar a una ciudad, villa o pueblo con el San Pancracio. Con este premio, reconoceríamos a aquellas ciudades en las que nos gustaría vivir o vivimos felices, aquellas ciudades donde podemos disfrutar de la vida como nos gusta; en las que podemos pasear, disfrutamos de restaurantes, librerías y todo lo que necesitamos.
Como es un premio para la ciudad y todos los que la forman, no se enviará ningún tipo de notificación a nadie. Ya que de recibir el premio, lo deberían recibir todos sus habitantes y uno carece de tiempo y recursos para un envío de esas características.
Eso sí, en las candidaturas propuestas se debe explicar las razones. Por ejemplo, mi candidata es Avilés, no sólo por ser mi ciudad natal, su tamaño es ideal para una vida tranquila, es una ciudad cómoda para pasear, con un montón de lugares agradables para descubrir día tras día; una ciudad capaz de sobrevivir a los políticos.
Espero vuestras aportaciones a lo largo de la semana.
