lunes, 17 de septiembre de 2018

El precio de la vida



Triste, hermosa, decadente... El mayor defecto de Animales nocturnos es que se refleja en exceso la estética de Tom Ford. Sí, reconozco que me gusta, que me seduce aunque un universo tan tomfordiano me llega a resultar frío, asfixiante, porque la vida es mezcla, jaleo, ruido.
Pero ello no quita ni un gramo a esta película que siempre el desasosiego con su reflexión sobre el precio que la sociedad asume por el éxito, incluso a costa de la soledad.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails