miércoles, 30 de mayo de 2007

Los diarios de Trapiello

Desde la publicación de El gato encerrado, Andrés Trapiello ha alimentado con periodicidad su Salón de los pasos perdidos, una "novela en marcha", donde espera que nosotros, los lectores, encontremos algo de vida. Se trata de un intento poco frecuente en la literatura española, pues el diario de Trapiello intenta trascender de la sucesión de vivencias personales para escribir literatura, aunque, eso sí, a partir de la cotidianeidad del autor. Esto permite que, en todos los libros, aparezcan algunos elementos comunes y que se repiten: los amigos (identificados por las iniciales), los bolos del escritor y sus, generalmente simpáticos viajes por España, y el mundo familiar del autor. Su domicilio madrileño, las estancias en Extremadura, sus recorridos dominicales por el Rastro.
El talento de Trapiello logra que cada libro sea diferente, que se establezca un motivo principal que aparece y desaparece, como sucede con Don Quijote, que desparece cuando Sancho va a gobernar la ínsula Barataria. Tan sólo he leído cuatro de los libros publicados. Termine Siete moderno hace unos días en una cita que, desde que descubrí esta serie, repito con periodicidad anual como homenaje a un escritor que admiro y respeto por los grandes momentos que me ha hecho pasar con sus páginas.

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