Foro Asturias celebrará mañana su congreso fundacional. Su irrupción va a convulsionar la política asturiana y marcará la campaña electoral. Sin ellos, la cita del 22 de mayo sería menos divertida. En ocasiones anteriores he escrito sobre esa formación de una manera más bien crítica, pero ello no impide que vea en este proyecto elementos positivos que merecen el elogio y el reconocimiento.
El primero, que me parece fundamental, es la reivindicación de la política. En un momento en que los políticos son uno de los mayores problemas de España según las encuestas del Consejo de Investigaciones Sociológicas, un grupo de ciudadanos, y de destacados políticos, se unen para presentar un nuevo proyecto político. No acuden a la periferia del sistema, sino que su bandera es la propia política. Una oleada de regeneracionismo que tal vez necesite España.
Y, el segundo, la ilusión, que se ve en los impulsores. La pasión es algo fundamental para la vida y verla en un grupo, por la causa que sea, me parece digno de elogio. Sólo por eso, esos militantes merecen todo mi respeto.