La crisis económica ya ha llegado a los medios de comunicación. Regulaciones de empleo (
Grupo Zeta,
Gaceta de los Negocios), cierre de cabeceras, suspensión de contratos temporales, contención de gastos... En los últimos dos meses, cerca de 1.000 periodistas han perdido el empleo en España según los datos de
El Confidencial. Los datos de facturación publicitaria no dejan de caer y las perspectivas van de mal en peor, como comentan en
Gurus Blog. El único segmento donde crecen es en Internet, pero los medios
on-
line aún viven en una gran mentira que ciega a los gestores o, por lo menos, provoca que miren hacia otro lado: son una empresa que no computan la mayor parte de sus gastos, que van en la cuenta de los formatos tradicionales. Aún así, esos ingresos no compensan la baja de las otras unidades de negocio. En el caso de la prensa escrita, también se sufre la subida del papel aunque, en las últimas semanas, la reducción del precio del petróleo puede ser un alivio para ese coste, fundamental en algunos negocios como la prensa gratuita.
Lo peor aún no ha llegado y en
Havas Media vaticinan que la situación puede durar tres o cuatro años más, según se puede leer
aquí.
Tiempo suficiente para aclarar numeras incertidumbres en los medios de comunicación:
- Definición de las relaciones entre formato tradicional y nuevos medios, creación de un nuevo periódico/televisión/radio ya que el periodismo seguirá siendo el mismo.
- Panorama de la televisión. Algunos canales (como La Sexta) apuestan por modelos de negocio con una gran inversión en compra de derechos de retransmisiones y que, en el actual contexto, igual no garantizan el retorno vía publicidad.
- La financiación de los medios públicos en un marco de restricción presupuestaria.
- Resolver los problemas financieros de grupos como Prisa, cuando los bancos han cerrado el grifo del crédito a todo el mundo.
- Decidir si la gestión de recursos humanos en los medios avanza por la precariedad laboral o se trata de conservar el talento para ofrecer la calidad.
- Revisar el actual modelo de gestión de medios, aprovechando la necesidad de establecer nuevos modos de comunicar en un ecosistema informativo más complejo y donde el lector ya puede ser emisor.
Seguramente me quedan unos cuantos puntos en el tintero. No dudo de que viviremos unos meses intensos y peligrosos.