domingo, 17 de febrero de 2019

¿Hace un culín?

Fuente: http://www.cocinayvino.com/bebidas/sidra-asturiana-y-su-particular-escanciado/



Anda el gobierno asturiano preocupado por lograr que la UNESCO declare a la cultura de la sidra patrimonio de la humanidad. Es interesante el matiz, porque no se trata de la sidra, sino de la cultura de la sidra. Porque sidras se hacen y se toman en muchas partes y de diferentes frutos. Conozco la sidra de pera y me encanta la sidra helada canadiense. Se recoge en pomaradas nevadas y es tanto el frío que se desarrollan frutos muy pequeños pero con mucho azúcar concentrado. Se logra una bebida perfecta para la sobremesa.
También disfruto con las sidras de nueva expresión, que se sirven en mesa y no se escancian y no entiendo una fiesta sin sidra achampanada. Pero ese brut se puede ofrecer aquí o en Shangai. Ya se conoce: "sidra el gaitero, famosa en el mundo entero".
Pero la cultura sidrera es otra cosa. La cultura sidrera es tradición y modernidad, la tradición de aprender el escanciado y la modernidad de ir innovando, como cuando empezaron con las tabletas para cuatro vasos; es ciencia y es arte y, sobre todo, es sociedad. Porque, aunque uno puede escanciarse y beberla, siempre se agradece que te escancien el culete. La sidra difícilmente se entiende en soledad. Uno puede tomar una botella solo, pero es fácil terminar invitando a cualquier conocido que se acerque; uno puede ir a su sidrería, sacar el periódico, pedir la botella y terminará hablando con el camarero; o haciendo el corro con amigos. 

La cultura de la sidra es amistad, es diálogo, es calma y sosiego; puede lograr lo mejor de la humanidad y, por todo eso, merece ser un patrimonio disfrutado por todo el mundo.
¿Hace un culín? Pues hace.

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