Nadie duda que todo eso que se llama redes sociales (Facebook, Twitter, blogosfera) han venido para quedarse e influir en la forma de hacer el periodismo. Nadie duda qué todo va a cambiar y que ahora los lectores tienen una capacidad de organizarse y tener voz como nunca antes habían tenido. Si en el pasado su capacidad de influencia se limitaba a comprar o no comprar una cabecera, ahora dan un paso más adelante. Es un cambio radical que aún hay que digerir desde los medios de comunicación. Y estamos comenzando a ver el alcance de esa transformación.
Lo que está sucediendo con Eduardo Inda, el director de Marca, es un ejemplo de lo que puede pasar. En Facebook, se ha creado un grupo donde más de 23.000 personas se dedican a reclamar su dimisión. De momento, sólolo critican, pero ¿se imaginan lo que puede significar que se coordinen y decidan no comprar el periódico?
Si antes los lectores tenían poder, ahora disponen de la capacidad de organizarse y que se escuche su voz como nunca antes se había hecho. Todo esto tendrá que influir en la forma de organizar los medios de comunicación y en su relación con sus consumidores, que se transforman en sujetos pasivos en actores activos o potencialmente activos. El panorama se ha transformado por completo.
