Sólo es tierra, aire y mar, construcciones y torres, calles con soportales y una industria pegada a las ventanas. Pero es Avilés, la tierra donde enlazo mis recuerdos con baldosas, donde puedo relacionar cada calle con un olor, donde paseo y encuentro fragmentos de mi infancia, recuerdos de mi familia, ilusiones, temores...
Es Avilés. Y, por eso me resulta tan especial.
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