miércoles, 21 de septiembre de 2022

Los síntomas de la enfermedad

 


Foto de Sam Moghadam Khamseh en Unsplash


Dejo a Costillina en el Instituto y regreso a casa. En el coche, enciendo la radio y, en Onda Cero, Alsina informa que la edad media de la primera cirugía plástica se ha reducido en España hasta los veinte años de edad, siendo las intervenciones para agrandar los labios las más demandadas en la actualidad.

Siento un escalofrío. No se trata de una necesidad por un conflicto bélico, que demanda intervenciones para determinadas lesiones, como sucedió después de la Primera Guerra Mundial. Sino la propia evolución de la sociedad, la incapacidad de los jóvenes para asumir su cuerpo o para moldearlo de formas naturales; la búsqueda de un incono posiblemente generado por los medios de comunicación de masa, donde incluyo las redes sociales... 

Veinte años de edad media. Eso supone que, en breve, parte de esa marabunta que acabo de ver rugir y dirigirse hacia sus clases, solicitará como regalo de Reyes, cumpleaños o para celebrar la mayoría de edad una inyección de botox o la intervención que entonces esté de moda.

Veinte años, cuando hace treinta, es decir, cuando y0 tenía veinte años, era el momento en que te sentías en la plenitud y admirabas la belleza de los cuerpos de tus compañeros.

¿Realmente lo estamos haciendo bien como sociedad?

lunes, 12 de septiembre de 2022

Día de alegría

 


Foto de Sam Balye en Unsplash


Me encontré a Tomás, el vecino del cuarto a, entrando en el ascensor con sus hijos. "¿Qué tal la vuelta al cole?" La cara de ellos, de su hijo y de su hija, un mohín de desagrado. No era por mi error de preguntar por el colegio cuando, en realidad, ambos ya pisan el instituto, incluso por último año; era por el regreso. Tomás, en cambio, sonrió, como sonreí yo cuando, a las siete de la mañana, sonó por primera vez en muchas semanas, mi despertador.

Tocaba regresar al colegio, al instituto, en el caso de Costillina. Frente a él, y frente a los colegios que encontramos en nuestros caminos, cientos de padres caminaban con felicidad, con alegría que nadie disimulaba al dejar a sus hijos en el colegio, o instituto, sabiendo que, durante las próximas seis horas, el tiempo volverá a ser todo tuyo, que podrás regresar a casa y organizar tu vida, hacer la compra, preparar la comida, sentarte a leer, a escribir... En fin, todo lo que supone el inicio del curso del curso escolar. Un día de alegría para las familias, al menos para parte de ellas.

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