lunes, 12 de abril de 2010

La milla de oro




Aunque aún no hay gente viviendo en ellas, ya se puede observar como va a quedar la manzana de edificios de Rivero situados frente a los caños de Rivero y el parque de Ferrera. Un lugar privilegiado donde, según me comentaron, las primeras ventas se hicieron a 3.000 euros el metro cuadrado. Y, aunque no sé si es cierto o no, justifica el título de este apunte.



Al ser un espacio protegido, la rehabilitación ha sido fiel a lo que había, manteniendo incluso piezas de las fachadas con esos complicadas operaciones de montaje y reconstrucción piedra a piedra. Eso sí, lo han llenado de colores para alegrar la vista, el día y la pista de patinaje en la que se ha convertido la calle de El Rivero, como escriben los clásicos, porque lo que es decir, yo nunca se lo escuché a nadie.


Y uno viendo estos edificios, también siente cierta nostalgia de las antiguas construcciones grises y olvidadas, pero donde encontró refugio el Cactus en su última etapa después de esos años legendarios en San Juan (y que sólo conozco de oídas, los de San Juan), la antigua peluquería, las fiestas de Rivero y los juegos infantiles en el parque de Ferrera.



Calle la del Rivero, el camino viejo a Oviedo... Ahora llegan otros recuerdos, otras vidas con unos colores nuevos. Que sean felices.

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