martes, 17 de septiembre de 2024

Sidra sin alcohol: una opción interesante

 


Estábamos en la sidra Panorama, en Avilés. Yo era el único conductor del grupo. La comanda era sencilla: Costillas y Pollo al ajillo. Mi compañía se decantó por bebidas sin alcohol. Y, puestos a pedir, le pregunté al camarero: "¿Tiene sidra sin alcohol?". El chico frunció el ceño: "Señor, estamos en Asturias..." "Ya, ya; pero yo soy el único que conduce y, Trabanco, lanzó este año una sidra natural sin alcohol. ¿La tienen?"

Sabía de su existencia por Yantar, el suplemento gastronómico de El Comercio-La Voz de Avilés. Nacho Solís, en su cuenta de Instagram Diario de un churfer, respondió a mi pregunta sobre la Sidra sin alcohol despertando mi curiosidad. Así que me lancé a pedirla sin miedo. Además, en esto de la sidra Trabanco es toda una garantía.

El caso es que a los pocos minutos apareció la botella  con el omnipresente pitorro de plástico. No es que me guste mucho; cuando no hay escanciado natural prefiero el eléctrico, incluso uno que he visto manual y que evita el molesto ruido de la máquina. Ese día, además, era una jornada especialmente ventosa, por lo que el escanciado tradicional quedaba totalmente descartado. Otro día habrá que probarlo.

La sidra no es totalmente sin alcohol. Tiene una graduación de 0,5. Se destaca de manera visible en la etiqueta, lo que es algo de agradecer por las personas que toman medicamentos totalmente incompatibles con el alcohol. Afortunadamente no es mi caso.

Sirvieron la sidra con una temperatura perfecta. En la cata, el sabor de la manzana se nota perfectamente. Es muy ligera y entra como el agua.  Como me había dicho Solís, "suave y rica". 

Con una buena comida, como fue el caso, ese 0,5 por ciento de alcohol se metaboliza perfectamente. Sin duda, es una opción más recomendable para los sidreros que no quieren renunciar a ella pero deben conducir. O sea, que les animo a probarla. Y si pueden hacerlo en la sidrería Panorama, no se equivocarán. 


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