lunes, 16 de mayo de 2016

Memoria de un espejo


Foto: Fernando del Busto


Te buscas en los charcos
de una ciudad llovida en el recuerdo.
Te miras, y no crees
ni en el reflejo de tu cuerpo seco,
ni en la ausencia del rostro de aquel niño.
Aguardas a que llueva
sobre estas mismas aguas estancadas
para que tu mirada
se superponga al rostro que fue tuyo;
para que tus anhelos
emerjan con la forma de otro tiempo,
y, así, saber mañana
qué quedará de aquello que has perdido

Pelayo Fueyo, Memoria de un espejo
Colección Zigurat, Ateneo Obrero de Gijón, 
página 17, 1990

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