sábado, 28 de marzo de 2020

DUC (y XIV). Atardecer

Sale el sol, también en Gijón

La familia no se pierde ninguna de las citas de las convocatorias de las ocho de la tarde. Como me paso el día sentado al ordenador, soy el que inicia los avisos.

"Queda una hora, queda media hora".
De esta manera, cuando llega el momento nos vamos acercando a la cocina, convertido en el punto de encuentro familiar para esos menesteres. Escuchamos los primeros aplausos y empezamos. O, al contrario, nos lanzamos a aplaudir.
El caso es que en estos días, por eso de salir siempre a idéntica hora, uno comienza a fijarse en algo tan sencillo como es el paso del tiempo. El sábado 21 de marzo era mucho más oscuro que el día 24 y ayer disfrutamos de más luz natural que el día 26.
Claro, es algo lógico, natural. Responde a la evolución de los días. Estamos en primavera y conforme llega el verano los días son más largos.
Pero lo que me gusta es el valor simbólico de esa luz. Es la representación de que por mucha oscuridad, por momentos oscuros en los que estemos (y vaya si los estamos) al final saldrá el sol, saldrá el sol. Es la esperanza, la confianza en que todos juntos podremos con el actual confinamiento.
Hoy volveré a aplaudir.

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