jueves, 20 de febrero de 2020

Cargo mi pipa




Soy muy reacio a todo eso de los días internacionales, pero, tal vez por eso (¡¡benditas contradicciones!!) existen unos cuantos días internacionales que celebro, como hoy: el Día Internacional de Fumar en Pipa (IDSP, si no me equivoco por sus siglas en inglés).
He leído que se viene celebrando desde 2008, es decir, que es una fiesta reciente, sin que se conozcan muy bien las causas de la celebración. 
La historia de la pipa es tan antigua como reciente, no es contradictorio porque como evidencia este artículo al tiempo que se piensa que en el neolítico ya se fumaba, no es menos cierto que Alfred Dunhill patentó su primera pipa en 1904 y el brezo comenzó a utilizarse en el siglo XIX, cien años después de que se popularizase la espuma de mar como material.
Pero, a lo que voy. Es el Día Internacional de la Pipa, así que, como fumador discreto que soy, me toca celebrarlo.
Llevo muchos años fumando en pipa, más o menos desde 1990 y, aunque he tenido temporadas en las que no he fumado nada, siempre han estado ahí. 
No es fácil fumar en pipa; no me refiero a la técnica, que se termina aprendiendo. No es sencillo encontrar el tiempo que necesita la pipa, la calma de cargarla, apretar, encender y respirar. La pipa se disfruta, se goza; la pipa es estar sentado y charlando; es pasear y sentarse a ver el paisaje, es leer y escribir, es cultura y humanidad. La pipa es calma y relax. Fumar en pipa te invita a disfrutar de la vida, a a saborearla. Uno termina su pipa y durante un buen rato sigue recordando el sabor, los olores, las sensaciones... 
Mis pipas, mis queridas pipas, la cantidad de recuerdos y buenos momentos que os debo. 
En fin, que llega el momento de la celebración.
Me acerco a mi pipa y comienzo a cargarla...

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