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Fuente: http://web.librerantes.com |
Poeta, ensayista y meticuloso
editor de lo mejor de la literatura anglosajona, Jaime Priede (Langreo, 1965)
debuta en la narrativa con Un buzo en el bosque, un libro exigente, hermoso y
cautivador donde la infancia, su evocación, la memoria y la poesía tejen un
hilo cautivador.
Es una narrativa intimista, donde
el aliento poético del autor es innegable, pero que no huye de la realidad como
lo demuestra las referencias a los atentados del 11 de septiembre o la
violencia terrorista. Una narración cautivadora y precisa, para leer con el
placer de disfrutar de cada página, de cada letra, donde el aparente desorden
inicial de la narración termina conjugándose en armonía.
Un buzo en el bosque se articula
en cuatro grandes capítulos (’América y los pijamas’; ‘Nieve en el badén’;
‘Lluvia con veraneante’ y ‘El chófer de la concertista’) que, a su vez, se
subdividen en diferentes fragmentos que el escritor separa con un rosario de
citas que muestra algunas de sus referencias intelectuales al tiempo que le
permiten ir completando la narración, desde Paul Auster a Roland Barthes
pasando por Enrique Vila-Matas, Peter Handke o William T. Vallmann, por citar
varias.
Aunque predomina el uso del
monólogo, Priede utiliza otros recursos. Desde la narración más tradicional a
la correspondencia para que avance una trama llena de evocaciones y momentos
memorables, como las páginas en las que América, la maestra del protagonista,
expresa su pasión por la docencia y que, seguramente, expresan los sentimientos
de todos aquellos que se dedican a la enseñanza por vocación.
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Jaime Priede. Foto: El digital de Asturias.com |
‘Un buzo en el bosque’ es un viaje
iniciático, la descripción de una reflexión existencial que, finalmente, busca
interrogar al lector, formularle las preguntas de ese protagonista, un
anti-héroe que se construye fragmentariamente porque en la vida nos definimos
en y con el tiempo.
Por esa razón evita un final
cerrado, un desenlace claro y que responda a esa estructura clásica de
planteamiento, nudo y desenlace que desarrolla. El escritor aborda sus dudas y
aspira a que sus lectores también se interroguen, aunque sea en un sentido
diferente al expuesto por él. En un mundo en crisis, renuncia a ofrecer
certezas más allá de la búsqueda de la persona, de sus sentimientos y de la
capacidad de afrontar la vida con pasión.
La escritura de Priede no se
detiene sólo en las personas. También aborda las ciudades, con una hermosa
descripción de Gijón, «una ciudad cosida a base de contrastes que se ensamblan
sin prejuicios» (página 19) y donde uno cree ver hasta referencias a Mingotes y
«sus visiones».
En suma, un libro hermoso, para
lectores que busquen detenerse y apreciar la belleza, cautivarse por el momento
y la paradoja, disfrutar de la literatura.