Bajó Juan de la sierra y nos ha dicho
que están casi cegados los caminos
y no pasan los coches. Que han llegado
los lobos hasta el pueblo y que destrozan
ovejas y tenadas. Que la sangre
va marcando sus huellas en la nieve.
Que salieron al monte ya los hombres
a ver si los cazaban. Ha contado
que cogen muchos pájaros helados
junto al pozo en el filo de la aurora.
Y que hubo que enterrar a cinco ancianos
por asuntos de bronquios y de gripe.
Cuando bebió orujo también dijo
que aunque haya tanto frío y tanta muerte
la nieve está muy bella por las cumbres.
Carlos Frühbeck de Burgos,
Y pondremos el pan sobre la mesa
Ateneo Jovellanos, Gijón, 2004
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