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| Fiachra O'Regan en 2011, preparando su gaita. |
En julio de 2011, el Festival Intercéltico de Avilés organizó un homenaje al poeta irlandés Seamus Heaney. Fue un acto sencillo, donde tuve el honor de colaborar. La escasez de medios económicos se suplió con un desbordamiento de cariño y respeto hacia la obra y la figura de Heaney. Días después, lo vivido en esa sala del Centro Niemeyer, que Natalio Grueso nos permitió utilizar con todo tipo de facilidades, fructificaron en el siguiente poema que, lamento no ser más original, titulé, y aún sigue, como Un homenaje, y lo dedico al escritor irlandés.
No podía ser de otra manera.
Necesitábamos un poco de su sabiduría
para abrirnos al alma del norte.
Y después fue ella,
con su voz tímida, vacilante
como la lluvia en agosto,
quien nos guió por tu patria
y tu vida, tus padres
y tus abuelos, tus libros y tus sueños.
Pero, al final,
cuando ya no quedaban más razones
ni argumentos
solicitó silencio,
sólo silencio
para escuchar a nuestro corazón
porque en él radica
la más alta forma de conocimiento.
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