viernes, 17 de abril de 2020

DUC (y XXXIII) Rompiendo las rutinas


Photo by My Life Journal on Unsplash


Desde el inicio del confinamiento, me propuse escribir un diario. Diario del confinamiento. Admito que no soy muy original en los titulares. Las mañanas, después de la visita al santoral y a tuiter, llegaba el momento de escribir, de reflexionar y compartir.
Las jornadas de compra (ir de caza, como me gusta escribir) se complicaban. El diario llegaba en sesión vespertina, incluso nocturna. Salvo ayer, ayer no hubo diario.
Tocó, efectivamente, ir de compras, pero entre supermercado, pescadería, farmacia y atender a los mayores la ronda consumió cuatro horas. Lo justo para llegar a casa agotado. Y luego toca subir la compra, limpiarse uno, ayudar a limpiar... 
Así que, ya repuesto, uno se lanza al sexto continente y entre unas cosas y otras, un juego, una conversación, el aplauso de las ocho llega el momento de apagar el ordenador. Y el diario sin escribir.
¿Qué hago? Menudo dilema.
Así que optó por la mejor solución: romper con la rutina. Ya disfruto de bastante igualdad en mi vida, de días similares salvo por las sombras en el edificio que veo. Ya escribiré mañana sobre hoy, si es que escribo. Al fin de todo, es de las pocas libertades que me quedan: poder hacer con lo mi tiempo libre lo que quiera.

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