Allá por diciembre o enero, a Juan Rivero le dio por repartir entre clientes de la Tataguya el libro que ilustra ese apunte. Al abrirlo, todas las páginas se encontraban en blanco. Una broma que, en esos momentos, recordaba la incapacidad de políticos y economistas para superar la crisis. Vamos, la misma que ahora. Juan lo repartía y pedía que, antes de finales de año, se lo devolviésemos para preparar una recopilación.
No sé si le han entregado alguno. El mío sigue en blanco, aunque de escribir me referiría a trabajar más, básicamente lo que uno ha hecho desde que comenzó la tormenta; también pensamos más los gastos. Y he suprimido todo aquello que considero superfluo.
Me gustaría leer esa futura segunda edición, con los consejos de propios y extraños para superar el socavón en el que llevamos unos meses metidos.
Bueno, sólo decir que la idea no me parece original, pues recuerdo un libro que encontré en el trastero de mis padres titulado "Todo lo que los hombres saben sobre las mujeres" ¡y en blanco!
ResponderEliminarLa verdad es que la primera vez que encuentras un libro así, es muy gracioso, luego ya te parece una idea muy machacada.
Aunque el apunte sobre devolver los libros con algo escrito sí es interesante... yo también me pregunto si le habrán devuelto alguno...
Hace muchos años también vi un libro parecido... Por lo demás, estoy de acuerdo contigo. Lo mejor sería la segunda parte.
ResponderEliminarYo, personalmente recuerdo “Las memorias de un amnésico” que se vendía, en las librerías de Francia y Bélgica y que se utilizaba como libro para apuntes.
ResponderEliminarManuel: tiene gracia, porque luego, a la hora de estudiarlo, ¡¡menudos ánimos te daba el título!!
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