No me voy a joder haciendo guardias

Un grupo de estudiantes celebra en Oviedo haber aprobado el examen para Médico Interno Residente. Es una fiesta con aire de despedida, de un nuevo cambio en su vida. Se aproximan años de residencia, rotaciones por hospitales, formación... Todos celebran su aprobado menos uno, que suspendió. Avanzada la noche, a este tipo larguirucho y simpático, de verbo fácil le preguntan qué festeja, por qué está con ellos y no lamentando su suerte.
-Que yo no me voy a joder haciendo guardias como vosotros.
Han pasado los años y ese tipo es el actual Consejero de Salud del Principado de Asturias. No sé si la anécdota es cierta o no, pero te la comentan todos los médicos tratando de buscar una explicación al comportamiento de José Ramón Quirós, que, a este ritmo, pasará a la historia política asturiana como el socialista que logró la privatización de todo el sistema público sanitario, el político que ha dinamitado el compromiso de cientos de profesionales con la salud de todos los asturianos.
No sé de qué manera, tal vez recurriendo a esa noche de su juventud, José Ramón Quirós ha logrado convencer a buena parte de la Federación Socialista Asturiana de que la mayor parte de los médicos son unos vagos. A partir de esa premisa falsa, se lanzó a una mal llamada reforma porque, después de sus bellas palabras, básicamente no hay nada. Es un plan de despacho, con la misma consistencia que una bolsa de pipas a la puerta de un colegio. Las buenas ideas que defendió al anunciar su proyecto se encontraban a punto de ser puestas en marcha o se reclamaban medios para hacerlo. Sin embargo, su catarata de insultos y descalificaciones ha terminado por dinamitar un sector complejo de gestionar como pocos. Hoy por hoy, la única salida pasa por el relevo radical en la consejería, antes de que se convoque una huelga indefinida como ya sucedió en Cantabria para quitarse al Quirós de turno.
Hace viento, frío y granizo. José Ramón Quirós estará en su casa, leyendo o viendo la televisión. Pero en un pueblo de Asturias habrá un médico y su enfermera caminando bajo la nieve para atender a su enfermo; pero en el Hospital Central Universitario, y en Cabueñes, o el San Agustín, habrá profesionales superando la carencia de medios y dejando lo mejor de sí para atender a los pacientes, a todos nosotros. Pero eso no lo sabe o no lo ha querido saber, no lo entiende o no lo ha querido entender.