Bienhallados

Aquí me tienen de nuevo, en directo y después de unas vacaciones. Disfrutando de sus lecturas y polémicas. Hasta el punto que uno se da cuenta que, en cualquier momento, los isleños le montan un golpe de Estado y deja el Archipiélago en manos, como mínimas, tan buenas como las suyas sino mejores.
Tan sólo ha sido una semana de desconexión, pero total y gozosa. Un auténtico viaje, sin más aventuras que la de descubrirse uno y descubrir a su Costilla. Al regreso, lo de siempre: la sensación de que uno vive más feliz fuera de la realidad que en ella y las tierras del Archipiélago esperando a uno. ¡Qué placer regresar a casa!