De todos los avilesinos hubo uno que se alegró especialmente al conocer que Paulo Coelho visitaría la villa del adelantado: Fernando Treceño. El abogado es famoso por su pasión mística y consejos sabios del tipo: ante la enfermedad no hay que medicarse, sino orar. Su programa semanal en TeleAvilés le ha concedido una autofama de la que se encuentra muy satisfecho y anécdotas como cuando el cámara enfoca el plano americano, aprieta el botón y se marcha a tomar algo mientras el otro suelta su homilía. Algo así como ese de la ventanina picuda (no recuerdo su nombre, mis neuronas cada vez son más selectivas) que en una rueda de prensa se presentó de la siguiente manera: "Tengo un programa nocturno como el de Sardá, pero en Teleavilés". Ah, nuestros friquis del alma. A lo que vamos.
Desde que se conoció la noticia, Treceño se fijó como objetivo celebrar un acto sagrado con su alma gemela. Y se lanzó a la caza y captura de Coelho. Ayer, cuando el escritor salía para cenar, trató de organizar lo más parecido a un secuestro:
"Te vengo a buscar a las once y vamos a Covadonga y luego a Oviedo, para comulgar con el obispo. Tu comulgas primero y yo después. Será algo máaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagico". Los kilómetros que lleva Coelho le permitieron desembarazarse del friquimístico, que insistía en ocupar todas las horas del autor en la ciudad.
Avilesinos, si camináis por la calle de La Cámara y veis pasar a Treceño levitando, es que se unió a su alma gemela.
Desde que se conoció la noticia, Treceño se fijó como objetivo celebrar un acto sagrado con su alma gemela. Y se lanzó a la caza y captura de Coelho. Ayer, cuando el escritor salía para cenar, trató de organizar lo más parecido a un secuestro:
"Te vengo a buscar a las once y vamos a Covadonga y luego a Oviedo, para comulgar con el obispo. Tu comulgas primero y yo después. Será algo máaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagico". Los kilómetros que lleva Coelho le permitieron desembarazarse del friquimístico, que insistía en ocupar todas las horas del autor en la ciudad.
Avilesinos, si camináis por la calle de La Cámara y veis pasar a Treceño levitando, es que se unió a su alma gemela.
Q conste q este hombre ya estaba allí a las cuatro de la tarde. Y fue el primero en entrarle en Coelho diciéncole q tendrían una charla juntos y q sería un momento muy especial para los dos (la cara de Coelho era muy buena entonces), no sabía donde meterse hasta q una fan se le fue encima pidiéndole q leyera un tocho (a juzgar por el paquete q le entregó) q había escrito
ResponderEliminarUn post imprescindible, Fernando.
ResponderEliminarPero no por lo que dices sobre Treceño sino por lo que sugieres sobre Coelho, que a diferencia del honrado Treceño, es un tahúr profesional. No entiendo cómo este tipo puede pasearse a costa de los Ayuntamientos progresistas por todo el mundo. Y cuesta una pasta
Treceño a los Ratones Coloraos, ya¡
Leer a Coelho en un país donde tenemos a la generacion del 98 o a la del 27 o a Lope o a Quevedo o... En fin, con todo lo bueno que hay que leer.
ResponderEliminarHombre Pedro, que cada uno lea lo que le parezca, que no nos vamos a pasar la vida leyendo a Quevedo. Mi tío Francisco se pasó toda su vida leyendo a Marcial Lafuente Estefanía y Silver Kane y era un hombre la mar de feliz y yo, aunque lo he intentado, ni consigo leer a Proust -inencontrable una mala crítica o casi-, ni voy más allá de la página 20 de El señor de los anillos -supuesto éxito de público-. Vamos que a cada una le llega lo que le llega y si este hombre es capaz de llegar a tanta gente distinta y durante tanto tiempo es que algo tendrá su literatura.
ResponderEliminarLo que cuenta JJ ya es harina de otro costal, pero yo no tengo ni idea al respecto.
Otro al que no le gusta Coelho es al erudito periodista local y gastrónomo Luis M. Alonso.
ResponderEliminarNo sé si será mal escritor, pero lo que Luis M. ha de reconocer es que el brasileño goza de mas éxito que él. Y no sólo literario.
En ocasiones tras el pedante y el snob, lo que hay es alguien amargado. Y eso lo sabe el periodista avilesino. Que, por cierto, podría permitir la libre expresión en su blog (http://blogs.lne.es/luismariaalonso/) para que no tengamos que venir a opinar al blog de su colega Fernando.
Pues eso, que parece que Coelho no gusta a todos. Aunque no sabemos si Luis M. Alonso le gusta a alguien.
Je, yo también leí hoy el artículo de Alonso, pero tampoco fue demasiado áspero, sólo comentó que le parecía un escritor de prosa vacía o algo así y además puso un ejemplín y todo y lo explico. Eso tiene su truco, claro, pero bueno, no es una crítica muy distinta a otras que recibe Coelho.
ResponderEliminarDe todas formas, si para hacer una crítica hay que fijarse en el éxito de público, entonces la crítica se transformaría en una lista de ventas ¿no?
Estáis equivocados, lo que no le gusta a Luis María es el Centro cultural Oscar Neimeyer. Mejor dicho no le agrada que lo consiguiera Santiago Rodríguez Vega.
ResponderEliminarSí, peroMaria Luisa tiene razon: en su blog sólo opina él. Eso no es un blog, es una web. O un escaparate.
ResponderEliminarLuis María Alonso es un periodista estupendo, a mi me encantan sus crónicas y la de hoy y las gastronómicas especialmente.
ResponderEliminarPara gustos, colores ¿no?. Yo estoy de acuerdo con quien le llama pedante y snob. Luis María parece que vive en otra ciudad. Al margen de sus ideas ¿? politicas que no comparto, me parece un autentico manipulador. A traves de sus columnas se erige en arbitro, y exige siempre que se hagan las cosas como él quiere, todo está mal, siempre critica, nunca nada está bien. Pretende ser el jimenez losantos local, y al final es el camaño de la nueva españa.
ResponderEliminarMenos mal que cada día que pasa son más los que le han mandado a freir esparragos.
Y enlazo lo de freir esparragos con sus artículos culinarios: me parecen pura ficción, vamos, fantasmadas; seguro que en el día a día come como cualquiera de nosotros el menú de cualquier bar (de hecho coincido ocasionalmente en el restaurante fans con él).
Pues nada, le envío un saludín, porque seguro que de una u otra forma ha llegado hasta quí.
Pues yo coincido con sus ideas políticas y me parece que sus artículos son alta literatura.
ResponderEliminarTambién he coincidido en el Fans con él.
¿Y cuales son sus ideas políticas?
ResponderEliminarPorque de un tiempo a esta parte sus artículos son la versión local de las opiniones PJLosantistas -lo de esta pareja sí que tiene tela-, coinciden punto por punto y trata casi exactamente los mismos temas, en el mismo tono y con igual punto de vista, sólo que algún día después.
Eso sí, a mi me gusta como escribe y cuando no se mete en cuestiones estrictamente políticas -que, sinceramente, creo que hay algo personal que le hace que no ajuste bien el tiro- me parece muy entretenido. Por ejemplo estos artículos que estoy leyendo últimamente a página completa, me están gustando mucho o cuando escribió una columna sobre los liberados y los sueldos del Ayuntamiento me pareció que era un texto muy lúcido, que no se quedó en la superficie.
Lo de su blog... parece ser de La Nueva España y quizás nos estemos equivocando criticándole a él por no poder hacer comentarios cuando no sabemos realmente la razón. Ya sabéis, cuando le preguntan a Grisom que quien cree que es el asesino y el contesta algo así como yo no creo, comunico lo que dicen las pruebas. Pues eso.
Y no sé si es pedante o snob, yo no como en el Fans -al parecer donde extienden el certificado anti snob-, pero hablar de un determinado tipo de cocina no significa que sólo comas eso, ni que no sepas disfrutar de unos huevos fritos con chorizo. Meses atrás coincidió que hice la comida en Koldo Miranda y de cena una hamburguesa en el Orange y disfrute de lo lindo las dos veces... soy una snob zarrapastrosa! :-)
Empezamos hablando de Coelho, pasamos por Treceño, y acabamos con Luis María. La verdad es que esto es muy entretenido.
ResponderEliminarEso sí, entre el Fans y el Koldo Miranda... me quedo con la hamburguesa del Orange.
Hablando de envidias, el que va a tener envida soy yo porque tanto Luis María por aquí, Luis María por allá... No sé, no sé, me voy a poner celosón.
ResponderEliminarAhora que caigo.... ¿es Fans o Fams?
ResponderEliminarCoño, Annie, son las ideas de la derecha... no centro reformista ni nada de eso. :-)
Me han entrado ganas de una hamburguesa en el Orange.
¡Mi preferida realmente no es hamburguesa, sino la de lomo, con su huevo frito en ese bollo de pan giganteeeeessco!
ResponderEliminar¡Ah, la derecha! acabaramos.
ResponderEliminarEstoy escuchando ahora mismo "Der Mussolini" de la Deutsch Amerikanische Freundschaft (DAF)... lo del Centro Reformista, no tengo ni idea de qué es -y creo que los que se declaran centroreformistas no deben andar mucho mejor que yo-.
Yo es que en cuanto alguien cita al grupo Prisa como el imperio del mal, o se entiende que lo del amigo Federico es simplemente libertad de expresión -4 horas diarias dando hostias a un muñeco- y cosas así, como que mi circuito neuronal se desconecta, que ya no estoy para tanto trote.
Hola, es la primera vez que entro a escribir en este blog. Yo leo poco la prensa de Avilés y siempre estuve convencido que Luis María Alonso y Fernando del Busto eran los seudónimos del también referido aquí Fernando Treceño. Y sigo pensando que es Fernando Treceño el reportero de las crónicas en La Nueva España y en El Comercio pero con distintos seudónimos -como aquel Pepe Galiana y demás- pues siempre supuse que no harían falta tantas personas para contar las mismas cosas del mismo pueblo pero sí distitintas firmas en distintos medios. Más aún. Sigo convencido de que Fernando Treceño tiene convencidos a tanto El Comercio como a La Nueva España de que única y exclusivamente colabora con cada uno de ellos, preservando el hecho -a mi entender cierto- de que modificando el seudónimo cuenta cosas de Avilés en disitinto periódico. Ahondando en el hecho, de vez en cuando se deslizan conversaciones en cafeterias que aseveraban que Treceño es un friki y que no lo soporta nadie de lo pesado que es, asimismo poniendo la oreja unos que deben estar trabajando en el Ayuntamiento aseguraban que no recordaban ver juntos a Luis María y a Fernando del Busto, lo que refuerza mi teoría de que Treceño pasa por pesado alejándose del mundo y si nadie recuerda ver juntos a Luis María y Fernando del Busto es porque se trata del mismo fulano.
ResponderEliminarDoy la bienvenida al anónimo que, alimentando la mala costumbre, no se identifica. Lamento comentarte que las cuatro personas que citas son independientes entre sí. Desgraciamente, Pepe Galiana falleció hace unos años y por eso ya no disfrutamos de sus glosas.
ResponderEliminarEfectivamente, Fernando, los anónimos tenemos la mala costumbre de no identificarnos.
ResponderEliminarSi nos identificásemos perderíamos nuestra identidad.
Aún así la humanidad avanza gracias a nosotros. Hemos inventado la rueda, el retrete y el tenedor.
Tambien hemos escrito El Lazarillo, El Cantar de Mio Cid y el Kamasutra.
Te pido un poco de consideración.
Gracias.
Anónimos del mundo, no le deis la vuelta a la tortilla, vosotros sois anónimos por cobardía, no por talento, no nos equivoquemos.
ResponderEliminarYo me pregunto si cuando alguien os presenta a otro congénere dice; "Manolo, aquí te presento a mi amigo el anónimo!!"
Ya os digo, de tener un mínimo de decencia utilizaríais un seudónimo, pero ni eso.
El soldado desconocido era anónimo.
ResponderEliminarY tal vez también tu padre, amigo Mauro.
No nos engañemos, aquí menos 3 personas contadas todos los que escribimos somos anónimos.
ResponderEliminarY la mayoría rechazamos dejar de ser anónimos por miedo a los que siguen siendo anónimos.
Es sencillo y no le descubro nada a nadie.
Eso sí, ser anónimo no tiene por qué significar ser faltoso.
Me parece que la idea de Fernando no va por lo de ser anónimo, sino porque si se pusiera un nombre ficticio las charlas serían más cómodas, "sabiendo" con quien hablamos. Aunque igual me equivoco.
ResponderEliminarBien es cierto que aquí con su nombre real entran cuatro, pero poco a poco, al menos en las ideas, nos vamos conociendo, ¿no?
Como muy bien dice Annie, me gustaría que no hubiese anónimos para poder mantener la conversación ya no alcanzo a distinguir entre anónimo y anónimo, pero sí entre Jj y María Luisa, por citar dos ejemplos de participantes que no revelan su identidad.
ResponderEliminarA partir de ahí, la consideración y el respeto se la gana cada uno.
Desde hoy soy petaZ
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