Fuente: http://www.lne.es/asturias/2014/10/10/guerra-siente-sorpresa-asombro-desaliento/1653942.html |
Algún día se escribirá la historia de José Ángel Fernández Villa.
No tengo ninguna duda de ello. Aunque, de momento, nos quedaremos en la crónica judicial.
En esa vida existe un verdadero filón
literario. No creo que ningún escritor hubiese sido capaz de imaginar
una biografía similar, con un puño levantado y
con el otro recogiendo billetes. Aunque, con la que está cayendo últimamente, aclaro: no quiero decir que la persona real lo haya hecho, aludo a la creación literaria.
El caso es que ya tengo ganas de leer ese monólogo
de un lider en Rodiezmo, gritando soflamas y pensando en el dinero que iba
acumulando; la descripción de su austeridad y modestia camino de la
delegación de la Agencia Tributaria para regularizar
su dinero... ¿Y si si demuestra que todo el relato de la fiscalía es falso, falaz, una mentira para hundirlo? Estaríamos ante un Ulysses minero.
Pero, lo mejor, lo más interesante, será el relato de quienes lo
rodearon. Brota pura humanidad de ellos y, por lo tanto, no extraña ver a
quienes ahora se cuelgan medallas con enfrentamientos a Villa. Todo el mundo le reprochaba su actitud, aunque los demás no escuchábamos nada.
Y los
tradicionales desplantes de quienes debiéndole
buena parte de su carrera y hacienda, pasado y futuro, corren a la
plaza de la Concordia para gritar: "¡Qué lo guillotinen, pureza y ética
para la clase obrera!" Y ese clásico de la mezquindad humana: "Yo ya lo
sabía, no me engañaba; me sorprendía ver como
todos los compañeros aplaudían sus reflexiones, que siempre me
parecieron pobres..."
Será un libro magnífico. Estoy seguro de ello.
Y como el León de Tuilla hable, más aún.
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